Los caballos pueden vivir en el exterior sin mayores problemas durante todo el año, pero en invierno es necesario hacer algunas modificaciones en la alimentación y protección contra los elementos para evitar que enferme. ¿Quieres saber cuáles son? En este artículo te contamos cuáles son los cuidados básicos para un caballo en invierno.
Los 5 cuidados básicos para un caballo en invierno
1. Adaptar el espacio donde vive el caballo a las condiciones climáticas
Los caballos pueden vivir bien en el exterior durante el invierno, siempre y cuando estén metabólicamente sanos, reciban suficientes calorías, desarrollen un buen pelaje y tengan un refugio apropiado.
Las temperaturas frías por sí solas no hacen que los caballos se sientan incómodos, pero el viento y la humedad pueden ser difíciles de tolerar para ellos, por lo que deben tener la opción de protegerse contra estos elementos. Por tanto, el primero de los cuidados básicos para un caballo en invierno pasa por hacer de su establo un refugio estructural bien acondicionado y aclimatado que le permita resguardarse frente a las inclemencias del tiempo.
Es importante que los materiales que utilices para reforzar el establo sean resistentes al agua y al viento para asegurar una protección total. Evita utilizar únicamente madera o paja, ya que tardan en secar y conservan la humedad y el frío.
2. Dale el alimento necesario, ya que consumirá más calorías que durante el resto del año para mantenerse caliente
Los caballos gastan significativamente más calorías en mantenerse calientes en el invierno que en cualquier otra época del año. El heno de alta calidad debería ser la base de cualquier dieta de invierno, especialmente para los caballos que tienen una actividad constante. Deben tener heno seco y fresco disponible en todo momento para poder comer cuando lo necesiten y compensar automáticamente su perdida de energía mediante la ingesta.

Un caballo de tamaño medio necesita consumir el 2% de su peso corporal al día para mantenerse en su peso y conservar la energía. Los caballos mayores, o los caballos con enfermedades dentales significativas que no pueden comer heno por sí mismos necesitarán una alimentación especial para animales mayores con el objetivo de mantenerse sanos.
3. Cuidado con el agua fría
Uno de los elementos más importantes a tener en cuenta en los cuidados básicos para tu caballo en invierno es el agua, aunque también dependerá de dónde estás criando a tu caballo. En los lugares con un clima templado, el agua no llegará a enfriarse tanto como para causar daños; pero, en los climas fríos, la ingesta de agua excesivamente fría por parte de tu caballo puede llevarle a tener cólicos y otros problemas estomacales. Para evitarlo, asegúrate que el agua al que tiene acceso tu caballo está a una temperatura adecuada, a ser posible unos grados por encima de la temperatura ambiente.
4. Utiliza mantas para abrigarlos, pero con precaución
En los climas muy fríos, puede ser necesario cubrir con mantas a los caballos que viven en el exterior para mantenerlos calientes, secos y felices. Sin embargo, el uso de estas mantas debe llevar aparejado una serie de precauciones para evitar enfermedades bacterianas de la piel. Si un caballo tiene un pelaje grueso no necesitará una manta extra, y si se la pones y suda repetidamente y luego se seca debajo de una manta, pueden producirse este tipo de enfermedades. Por tanto, úsalas solo si es realmente necesario.
5. Evita que caminen sobre hielo para que no se lesionen
Los caballos pueden caminar bien en cualquier cantidad de nieve, pero el hielo es otra historia. Ten mucho cuidado con el hielo en las superficies por donde caminan los caballos, ya que pueden producirse resbalones que acaben en caídas, torceduras e incluso fracturas. El asfalto y los bordes de los caminos suelen acumular hielo, así que evítalos, y mantén su establo despejado.