La salud de tu mascota depende en gran medida de la prevención y el cuidado diario. Si notas que tu perro comienza a rascarse mucho, es posible que enfrente un problema relacionado con parásitos externos.
Entre los más comunes se encuentran las puces ou tiques, pequeños insectos que pueden causar molestias e incluso transmitir enfermedades graves. Con una detección temprana, es posible proteger la salud de tu mascota y evitar complicaciones futuras.

Señales que indican que tu perro podría tener pulgas o garrapatas
Cuando un perro presenta infestación, suele mostrar signos claros. El más evidente es rascarse mucho, especialmente en zonas como cuello, orejas, abdomen y patas. También es común observar enrojecimiento, pérdida de pelo localizada o irritación en la piel.
Le puces ou tiques no solo provocan molestias, también pueden originar alergias, infecciones secundarias o transmitir enfermedades como la ehrlichiosis o la enfermedad de Lyme.
Cambios en el comportamiento
Un perro con parásitos puede mostrarse más inquieto de lo habitual. El descanso interrumpido, movimientos bruscos y lamidos constantes son señales de alerta.
Evidencia física en el pelaje
La forma más sencilla de confirmarlo es revisar el pelaje y la piel. En el caso de las pulgas, suelen dejar pequeños puntos negros, conocidos como heces de pulga. Las garrapatas, en cambio, son visibles como pequeños bultos oscuros adheridos a la piel.
Importancia de la detección temprana
Le detección temprana de puces ou tiques es fundamental para evitar complicaciones mayores. Una infestación prolongada puede debilitar al animal, provocando anemia o bajando sus defensas.
Además, estos parásitos se reproducen rápidamente. Una sola pulga puede poner decenas de huevos al día, lo que agrava la situación si no se actúa con rapidez.
Revisión rutinaria
Examinar a tu perro después de paseos, especialmente si estuvo en zonas con vegetación alta, es clave para la prevención.
Atención veterinaria
Si las señales persisten, lo mejor es acudir al veterinario. Un especialista podrá confirmar el diagnóstico y recomendar el tratamiento más adecuado.
Opciones de tratamiento contra pulgas o garrapatas
Una vez confirmada la presencia de parásitos, existen varias alternativas de tratamiento para proteger la salud de tu mascota.
Productos tópicos
Pipetas y sprays se aplican directamente sobre la piel. Actúan como preventivos y eliminan las pulgas y garrapatas existentes.
Collares antiparasitarios
Son una opción duradera. Libera sustancias que repelen o eliminan los parásitos durante varios meses.

Medicación oral
Tabletas o comprimidos administrados según el peso del perro. Suelen ser altamente efectivos y ofrecen protección prolongada.
Higiene del entorno
No basta con tratar al animal. Es necesario limpiar y desinfectar camas, mantas y áreas de descanso para evitar reinfestaciones.
Consejos para la prevención
La prevención es la mejor estrategia para garantizar la salud de tu mascota. Mantener hábitos de cuidado reduce significativamente el riesgo de infestación.
Baños regulares
El uso de champús específicos ayuda a mantener el pelaje limpio y a reducir la presencia de parásitos.
Control del ambiente
Aspirar alfombras y sofás con frecuencia, además de lavar textiles a alta temperatura, ayuda a eliminar huevos y larvas.
Rutina de chequeo
Dedicar unos minutos cada semana a revisar el pelaje de tu perro permite detectar de forma temprana cualquier presencia sospechosa.
Riesgos de no tratar pulgas o garrapatas
Ignorar el problema puede poner en peligro la vida de tu mascota. Las pulgas transmiten parásitos intestinales, mientras que las garrapatas pueden contagiar enfermedades graves.
Un perro debilitado por la pérdida de sangre o infecciones es más propenso a complicaciones adicionales. Por eso, la detección temprana y el tratamiento oportuno son esenciales.

Si notas que tu perro comienza a rascarse mucho, no lo ignores. Puede ser señal de puces ou tiques, y actuar a tiempo evitará complicaciones. La detección temprana y las medidas preventivas son clave para garantizar la salud de tu mascota. Un cuidado constante es la mejor forma de protegerlo.