Día internacional de los perros sin raza

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Cada vez son más las personas que apuestan por convivir con perros sin raza. Hasta ahora, muchas eran las que a la hora de elegir una mascota le daban una gran importancia a los genes del animal y a su apariencia física. Es cierto que aún son muchos los que siguen diciendo que si tienen un can, debe ser uno determinado. Sin embargo, la sensibilidad hacia los animales mestizos se multiplica. Por esta razón, decidió celebrarse el Día Internacional de los perros sin raza, intentando fomentar la adopción de aquellos seres que, aunque no presuman de pedigrí, merecen una segunda oportunidad. La principal razón es el estilo de vida que han llevado, ya que la gran mayoría han sido maltratados o abandonados.

Las protectoras y las perreras se ven, en muchas ocasiones, desbordadas por la cantidad de animales que acogen. De este modo, para conseguir un mundo más justo, sería necesario que las personas, lejos de fomentar la cría indiscriminada de perros, apostaran por la adopción a la hora de ver crecer el número de miembros de su familia. Una raza no asegura nada y hay seres que merecen encontrar una familia que les quiera y les dé el calor que no han encontrado jamás.

¿Por qué celebrar el Día internacional de los Perros Sin Raza?

Sí, a todos nos gusta presumir de un perro espectacular que tenga un carácter como el que nos describen los manuales especializados en este tipo de animales: leales, cariñosos, fuertes y valientes. Sin embargo, la vida real es otra cosa. El mundo en el que vivimos no existen seres perfectos. Es más, tenemos que querer la imperfección que caracteriza a cada uno de los animales con los que nos podemos cruzar. Todos los perros, sin raza o con ella, son preciosos. Por ello, a la hora de optar por uno u otro tenemos que pensar en salvar una vida. Esto significa dar una oportunidad a los más vulnerables.

perros sin raza

Un perro sin raza

Cuando hablamos de perros sin raza, estamos refiriéndonos a perros auténticos, a perros que no tienen cientos de hermanos gemelos en otras partes del mundo. De este modo, sí que podemos decir que es un ser único, con una gran historia que contar. Es curioso el momento en el que le dices a una persona que tienes un perro y te pregunta por su raza. Cuando tienes un perro mestizo lo dices con orgullo porque eres consciente de todo lo que hay detrás y lo que dice de ti.

Un can con un pasado intenso

Por otro lado, es muy común que los perros sin raza que vemos en protectoras y en perreras tengan un pasado en el que se haya hecho protagonista el maltrato y el abandono. Por este motivo, aún es más especial abrirle las puertas de nuestro hogar. Saber que gracias a nosotros un perro va a ser feliz y va a recibir el cariño que merece nos tiene que hacer sentir muy bien. Se trata de una parte de nosotros que muestra una gran sensibilidad, que empatiza con aquellos que lo han pasado mal y que no tiene ningún prejuicio a la hora de entender la situación de un perro de estas características.

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Un ser lleno de agradecimiento

Cuando un perro lo ha pasado mal y alguien le tiende la mano para darle una segunda oportunidad, sin duda va a saber ser agradecido con su nueva familia. Este sabrá que todo lo que está viviendo a partir de ese momento es debido a sus nuevos dueños y aprovechará cada oportunidad para hacerles saber lo contento que está porque le hayan elegido.

perros sin raza

Los perros sin raza también tienen necesidades

Ahora, uno de los temas que no se cansan de repetir las protectoras de animales es que los perros sin raza también tienen necesidades. Hay quien dice que estos seres son mucho más resistentes al tener varios tipos de descendientes. Sin embargo, también enferman y también hay que llevarlos al veterinario. De este modo, aunque no haya que pagar una alta cantidad de dinero al adoptar a un perro sin raza, sí que hay que gastar dinero en él de forma constante. El motivo es que se trata de un ser vivo al que hay que ofrecerle todo lo que necesite para que vea satisfechas, al menos, sus necesidades básicas.

De esta forma, hay que ofrecerle todos los días una buena ración de un pienso de calidad. Es la única forma de que se mantenga sano y fuerte siempre. Asimismo, necesitará ciertos utensilios, como un comedero, un bebedero o una cama en la que dormir. Igualmente, artículos como la correa, un abrigo o un collar también son imprescindibles cuando decidimos tener un perro. Por otro lado, las visitas al veterinario deben ser regulares, al menos aquellas en las que hay que ponerle las vacunas obligatorias. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que el animal puede ponerse malo por comer algo que le ha sentado mal, por hacerse una herida en una pata o por haber cogido frío.

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Con todo lo anterior queremos decir que cuando se decide adoptar un perro sin raza debemos hacerlo con la misma responsabilidad que se haría cuando se compra un can con pedigrí. Es decir, hay que saber que se quiere de verdad, que suele vivir quince años y que durante todo este tiempo el animal estará bajo nuestra responsabilidad. De este modo, no importa lo que necesite el can, nosotros deberemos dárselo.

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Historias de perros sin raza adoptados

Son muchas las historias que podemos encontrar respecto a perros sin raza que han sido adoptados. A continuación os describimos algunas de ellas para que entendáis la importancia de las segundas oportunidades.

Frodo

Frodo era cachorro cuando sus rescatistas lo encontraron vagando por las calles de Croacia en el año 2018. Le llamaron así porque su aspecto físico, en ese momento, atemorizaba a todos aquellos con los que se cruzaba debido a una infección que tenía en los ojos. Asimismo, su cuerpo estaba lleno de pulgas y de garrapatas. Además, estaba a punto de morir de hambre. Pero ese día tuvo mucha suerte al cruzarse con unas personas que dejaron cualquier prejuicio a un lado. De este modo, salvaron la vida a este can que lo único que necesitaba era una segunda oportunidad.

Beaux Tox

Beaux Tox es un labrador que nació con el rostro deformado debido que sus hermanos aplastaron su cuerpo cuando se encontraban en el vientre de su madre. Tuvo mala suerte y acabó en manos de un hombre que lo maltrató durante más de cinco años. Todo ello hasta que una protectora descubrió su situación y no dejó de luchar hasta arrebatarle al hombre la responsabilidad del animal. Ahora, que le saliera un adoptante era difícil debido a su aspecto físico.

Sin embargo, una mujer decidió darle una oportunidad debido a su experiencia vital. Ella se había criado en hogares temporales y sabía lo que era sentirse sola. De este modo, su empatía consiguió que Beaux Tox empezara a ser feliz. A pesar de que tenía muchos problemas de salud, se adaptó perfectamente a su nuevo hogar, estando totalmente agradecido de su cambio de vida.

Petra

Petra era una perra abandonada que caminaba por las calles de Grecia cuando su rescatista sintió pena por su situación. Tenía tanta sarna que ni siquiera parecía un perro real. Además, había sufrido tanto que no confiaba en las personas. Sin embargo, la paciencia de su nueva dueña la transformó en un ser totalmente diferente y, sobre todo, feliz.

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