Poco se habla de las consecuencias negativas que puede tener una correa extensible para un perro. Estamos acostumbrados a ellas porque nos permiten pasear al can de una forma más libre sin tener que preocuparnos de soltarlo y, de este modo, pueda escaparse. Sin embargo, los expertos cada vez informan más de que, si no se sabe utilizar de la manera adecuada o no se tiene cuidado, una correa extensible para un perro no es la mejor opción. Las razones son muy variadas y os las vamos a exponer a continuación.
¿Cuáles son las correas extensibles para perros?
Una correa extensible para un perro es aquella que cuenta con un cordón de entre tres y ocho metros, dependiendo del modelo y que está elaborada a partir de nylon. Esta puede estirarse o retraerse a medida que el animal se aleja o se acerca a nosotros. El cordón queda recogido en el interior de la caja de la correa, que normalmente está diseñada de plástico, y cuenta con un mecanismo de retracción. Además, la correa presume de un diseño anatómico para que quienes la utilicen lo hagan con mayor comodidad. Se trata de uno de los productos que más se venden en el mercado, incluso cada vez es más popular entre aquellas personas que tienen un can de raza pequeña.
Normalmente, este tipo de productos se venden porque se asegura que, usándolo, la libertad de movimiento del animal es mucho mayor sin que este se tenga que separar de nosotros. Sin embargo, lo que en principio puede parecer una opción excelente, realmente cuenta con muchos riesgos. Estos han sido detectados tanto por veterinarios como por expertos en adiestramiento, asegurando que no las recomiendan por diversos motivos.

Grandes ventas a pesar de sus riesgos
Ahora, a pesar de lo que acabamos de decir, se trata de un artículo que se vende, y mucho. Los motivos de este hecho son los siguientes:
- Desinformación por parte de algunos vendedores, que, en la mayoría de las ocasiones desconocen realmente cómo funciona una correa extensible en un perro.
- Se trata de un producto muy popular que puede ofrecer muchos beneficios al mercado especializado en este tipo de artículos.
Fue en el año 2014 cuando Futur Animal, una entidad animalista, hizo llegar al Ayuntamiento de Barcelona una carta en la que explicaba los peligros que suponía el uso de las correas extensibles. Los puntos más destacados de este documento fueron los siguientes:
- Una correa extensible no aporta mayor control sobre el perro que una correa convencional. De este modo, sería recomendable evitar los riesgos que supone este artículo.
- Este tipo de objetos dan una falsa idea de libertad. La razón es que no impide un exceso de distancia entre el animal y la persona que lo pasea. Por ello, es fácil perder el control sobre el can.
- El cordón puede llegar a provocar cortes y quemaduras por fricción. Así, si el perro rodea a su dueño de una manera brusca, su piel se puede ver dañada.
- Algunos cordones de este tipo de correas son muy poco visibles, por lo que puede provocar accidentes por un tropiezo.

Peligros de una correa extensible
Son muchos los peligros que acompañan a las correas extensibles. Las más destacadas y con las que hay que tener especial cuidado son las siguientes:
- Cortes y heridas: Es muy habitual que cuando un perro está atado a una correa extensible y se pone a interactuar con otro estos se enreden. El hecho de que el cordón, elaborado en nylon, quede enrollado en alguna de las patas o en otra zona de su cuerpo, puede provocar lesiones como quemaduras o cortes de diversa consideración.
- Lesiones muscoesqueléticas: Estas están vinculadas con la sacudida que supone la tracción súbita del mecanismo elástico. Las lesiones pueden ser aún más graves si el animal lleva la correa extensible enganchada al collar, en vez de a un arnés.
- Adquisición de malos hábitos de paseo: Cuando nos referimos a los peligros que puede suponer una correa extensible para un perro, no solo hablamos de consecuencias físicas, sino que también estas pueden existir en relación a su comportamiento. La razón es que el can aprende a pasear con muchos errores, sin ir en ningún momento al lado de su acompañante. Los expertos siempre aconsejan que el animal aprenda a caminar al lado de la persona que tiene agarrada la correa en cada momento. Por supuesto, es necesario evitar que tire de la correa si su responsable no le da la orden de liberación. Esto sucede normalmente cuando llega al parque, a la montaña o al espacio concreto al que se dirigen.
- Accidentes por huida en los animales que tienen miedo: Finalmente, podemos mencionar que estas correas, si se caen al suelo, pueden provocar un gran susto en el animal debido al ruido que provocan. Este, por el miedo, es posible que huya de manera inmediata. Teniendo en cuenta que la correa seguirá emitiendo un sonido muy fuerte, el animal no dejará de correr, creyendo que en algún momento se liberará del peligro, cuando realmente lo lleva atado a su cuerpo.

¿Qué motiva usar una correa extensible al pasear a un perro?
A pesar de todo lo que acabamos de explicar, hay personas que siguen utilizando correas extensibles para pasear a su perro. Los motivos que se dan son muchos.
Creen que el perro tirará menos de la correa
Ante esta excusa, podemos decir que no es verdad que un perro que pasea con una correa extensible tire menos que si lo hiciera con una correa convencional. Todo lo contrario, con una correa extensible el animal se adapta a caminar con una cuerda tensa siempre a su espalda. De este modo, es imposible premiarle cuando camina a nuestro lado, es decir, cuando la correa vaya suelta.
Valoran el sentir que el perro va suelto, pero controlado
Cuando hablamos de control sobre el perro, teniendo en cuenta que la correa puede extenderse entre cinco y ocho metros, podemos decir que este es relativo. La razón es que estos animales se mueven rápidamente, sobre todo aquellos que son más enérgicos o más jóvenes. De esta manera, reaccionar cuando se tiene al animal a esta distancia no es nada sencillo. Uno de los motivos es la gran sacudida que va a provocar a nuestro can cualquier reacción brusca. Por ello, el mayor control se lleva a cabo cuando se crea con él un vínculo correcto. La obediencia básica a base de paciencia, entrenamiento y cariño es fundamental y la más recomendable.
Piensan que el animal está más cómodo con la correa extensible
Muchas personas creen que su perro está mucho más cómodo paseando con una correa extensible que con una convencional. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el hecho de que al animal le guste más una cosa que otra no significa que sea más segura o más adecuada para su salud. Por ello, los dueños de estos animales tienen que tener en cuenta los datos objetivos, más que la decisión que piensan que tomaría su perro en estos casos. Por ello, una solución sería encontrar un lugar seguro en el que permitir al can estar suelto durante unos minutos, olfateando y descubriendo todo lo que se encuentre a su paso.
Ahora, es cierto que esta oportunidad no siempre la vamos a tener a mano. Por ello, cuando haya que llevarlo atado de forma obligatoria, lo mejor es tener al animal controlado con un arnés y una correa apropiados.