Regalar un perro en Navidad: ¿es realmente buena idea?

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¿Cuántas veces hemos visto en series o películas a un perro saliendo de una caja de regalos? ¿Y cuántas veces hemos deseado vivir una experiencia semejante? En ese momento, todo es ilusión, alegría y felicidad debido a que un cachorro ha llegado a la familia y se encargará de repartir cariño cada día. El problema se presenta cuando las personas descubren que aquello que venía envuelto en un bonito paquete no es un juguete, sino un ser vivo que tiene unas necesidades básicas con las que hay que cumplir. ¿Qué sucede entonces? Que las perreras y protectoras de animales se desbordan intentando dar una oportunidad a todos aquellos canes que han sido rechazados por esa familia que aplaudía, en un principio, la llegada de un nuevo miembro. Entonces, ¿regalar un perro en Navidad es buena idea? Te explicamos en este artículo los diferentes escenarios que existen.

¿Regalar un perro en Navidad es buena idea?

Si tuviéramos que responder a esta pregunta sin tener un solo dato más, diríamos que no. Regalar un perro en Navidad no es una buena idea. ¿El motivo? A todos nos hace ilusión pensar que un cachorro (porque normalmente los perros que se regalan en estas fechas son cachorros) llega a la familia, transmitiendo ternura y simpatía a partes iguales. Pero, ¿qué ocurre después? Que todo cambia cuando hay que sacar al animal mañana, tarde y noche independientemente del frío que haga fuera. No importa si llueve, nieva o está la acera helada: el animal necesita hacer sus necesidades al igual que nosotros necesitamos ir al baño.

El adiestramiento

Por otro lado, todo perro necesita un adiestramiento. Por ello, hay que dedicarle tiempo para que aprenda a no hacer sus necesidades en casa, a no morder los muebles y a respetar las estancias en las que no queremos que entre. No es nada sencillo, no es como un niño. Los animales no hablan nuestra lengua y, por ello, hay que dedicarles mucha paciencia para hacernos entender.

Regalar un perro en Navidad

Los gastos económicos

Los gastos económicos tampoco se tienen en cuenta a la hora de regalar un perro en Navidad. Es posible que nunca se ponga enfermo y, aún así, debemos pagar la comida diaria y las vacunas obligatorias, entre otras cosas. Ahora bien, si el animal tiene un accidente o enferma, el desembolso será mucho mayor. No existen clínicas veterinarias públicas. De este modo, hasta el más mínimo análisis nos rascará el bolsillo.

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La limpieza

Por otro lado, la limpieza se multiplicará. El sofá y el suelo estarán cubiertos de pelo de forma diaria. Es más, hay que tener en cuenta los días en los que el perro sale de casa cuando está lloviendo y regresa con tierra en las patas, por ejemplo. No todo el mundo está dispuesto a no tener su casa impoluta.

¿Cuándo es buena idea regalar un perro por Navidad?

Aunque haya muchos casos de arrepentimiento y abandono cuando se regala un perro por Navidad, hay que decir que existen personas que sienten pasión por los animales. Tanto es así, que se convierten en un miembro más de la familia. Si conoces a alguien que quiera un perro siendo consciente de lo que esto conlleva, la situación cambia. Eso sí: si vas a regalar, te recomendamos que adoptes, pues hay miles de canes que buscan una segunda oportunidad. Podrás cambiar la vida del animal y la de la persona que lo acoja en su hogar.

En el caso de adoptar un perro, date cuenta de que tienes un montón de animales para elegir aquel que mejor se adapte a la persona que lo quiera. Por ejemplo, si tiene un piso pequeño, no te recomendamos que adoptes una raza grande. Si se trata de una persona sedentaria, lo mejor es optar por un animal tranquilo. Y, en el caso de que a su futura familia le encante salir al campo, un can activo será perfecto para sus miembros. No hay nada como salvar la vida de un ser que no ha tenido buena suerte.

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El abandono animal

Por desgracia, aún siguen siendo muchas las personas que no comprenden la responsabilidad que se debe tener para cuidar de un animal, sobre todo si hablamos de un perro. La razón es que un gato no necesita salir a la calle o, incluso, podemos dejarlo un día en casa solo sin que tenga que ocurrir nada malo. En cambio, un can tiene unas rutinas con las que hay que cumplir. No importa el trabajo que tengamos, si estamos enfermos o si, simplemente, no nos apetece. El animal depende de nosotros y, por ello, tenemos que estar a la altura de las circunstancias.

Cuando la gente no afronta como debe la decisión de tener un perro, se agobia y llega a la conclusión de que lo mejor es abandonarle, ya sea en la calle, en la perrera o en una protectora. El cambio de vida para este ser es realmente negativo. Además, no siempre encuentra una nueva familia dispuesta a darle lo que no le dio la anterior. Con todo, la conclusión es sencilla. Solo se puede regalar un perro por Navidad cuando estemos totalmente seguros de que quien lo reciba lo va a cuidar como realmente merece.

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