¿Cuándo utilizar el cuello o collar isabelino en perros?

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El collar isabelino, llamado cono de la vergüenza en algunos países, es un accesorio veterinario de uso muy común, pero ¿sabes cuándo deberías de ponerle uno a tu perro? Te contamos qué es el collar isabelino y los casos en los que el veterinario puede indicar su uso. Tranquilo, no es para siempre: solo un breve período de tiempo en el que seguramente tu mascota se verá adorable y graciosa.

¿Qué es el collar isabelino?

Para nuestras mascotas, y también para nosotros, el collar isabelino es algo muy molesto, pero necesario. Las consecuencias de no utilizarlo en un posoperatorio pueden ser trágicas para nuestros fieles compañeros de casa; así que, aunque pueda pareceros un incordio, lo mejor es evitar un accidente mayor. Pero, ¿qué es el collar isabelino?

El collar isabelino es el cono que le ponen a nuestras mascotas en el veterinario después de una intervención. Es plástico, lo que hace que nuestro perro choque prácticamente con todo si está en lugares estrechos e incluso nosotros podemos resultar levemente heridos por el armatoste ajustado al cuello de la mascota. Se utiliza para evitar que el animal pueda lamerse la herida o retirarse las vendas, infectando así zonas delicadas como una herida después de una intervención quirúrgica. El famoso collar toma su nombre de las gorgueras de la época de la reina Isabel I de Inglaterra (ese cuello alzado que sobresalía del vestido).

El cuello o cono isabelino puede ser incómodo pero es necesario para nuestro perro

¿Cuándo utilizar el collar isabelino?

Es posible que, cuando recojas a tu mascota en el veterinario, te lo entreguen ya con collar; es lo más común. Sin embargo, si tu mascota ha sido intervenida o tiene una herida por otras causas y vas a buscarle y te lo entregan sin collar, te sugerimos que consultes con el veterinario si no sería lo mejor ponerle el armatoste. Especialmente si tú conoces a tu mascota y sabes que es muy travieso, hiperactivo o que es seguro que vaya a lamerse la parte lesionada.

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Recuerda que la saliva de los mamíferos, incluyendo la del ser humano, está cargada de bacterias; la mayoría de estas bacterias no representan ningún peligro para el animal, aunque es mejor no arriesgarse. El único inconveniente es que si tienes más de una mascota en casa, debes vigilar que los otros no laman la herida del enfermo.

Después de una esterilizacion

La recuperación de una cirugía de esterilización es lenta, y más en el caso de los perros. Los gatos, por lo general, suelen recuperarse más rápido y la herida es minúscula. Sin embargo, la de los perros puede ser más aparatosa y suele acarrear más riesgo. El veterinario le dará una cita a tu mascota para retirarle los puntos y, antes de que ese día llegue, es mejor que el paciente ande por casa con el collar isabelino. En esa primera revisión después de la operación, el veterinario te indicará si tu mascota debe continuar o no con el collar y por cuánto tiempo.

Heridas por mordeduras y dermatitis

Es posible que nuestra mascota se haya visto envuelta en una pelea y que termine con una herida en alguna parte del cuerpo. En estos casos también se aconseja utilizar el collar isabelino para evitar que animal se lama la herida constantemente. También se puede recomendar el uso del collar cuando nuestra mascota presenta algún tipo de dermatitis y se rasca constantemente. Con el cono se impide que el animal alcance una herida por ejemplo, en el tronco del cuerpo, y esté constantemente rascándose. No solo se evitan las infecciones sino incluso, la propagación de la afección.

Oftalmología y tratamientos de oídos

Cuando el animal tiene algún problema en los ojos es posible que el veterinario prescriba el uso del collar, para evitar que el paciente se rasque la cara, en caso de que utilicemos algún tratamiento. Por ejemplo, unas gotas; con el collar, es imposible que el perro se pase las patas por la cara y se deshaga del medicamento suministrado.

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En algunos tratamientos para los oídos también se emplea. Si un perro llega con una otitis severa y es necesario drenar, entonces es posible que le hagan una pequeña intervención y le pongan el collar, pues podría quitarse los puntos; la zona de las orejas suele ser la que más se rascan nuestras mascotas, no solo por la picazón sino también por el dolor que pudieran sentir.

La vida con el cono isabelino

Como ya adelantábamos, para tu mascota puede ser incómodo y molesto andar todo el día con el collar, sin embargo, al cabo de unas horas es posible que logre acostumbrarse. Los hábitos de alimentación deberán ser los mismos, pero es posible que tu perro o no alcance a comer de su plato. Por eso te aconsejamos utilizar un comedero que no sea muy profundo o agregar un poco de altura al plato, pues es muy probable que el cono choque con el suelo y tu mascota no pueda comer.

En caso de que, aún habiendo hecho las modificaciones, el animal no logre comer, entonces puedes retirar durante unos minutos el collar hasta que tu perro termine de comer. ¡Pero siempre bajo tu supervisión! Después de ese tiempo, vuelve a colocar el cono a tu mascota. ¿Debe usarlo las 24 horas del día? Sí. Es muy importante que no le quites el cono en ningún momento, hasta que el veterinario lo ordene.

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