Rascarse es un comportamiento normal de los gatos. No se hace para destruir una silla favorita o para vengarse de ti. Los gatos arañan cosas para eliminar las zonas muertas de sus garras, marcar territorio y estirar sus músculos. Suelen empezar a hacerlo cuando tienen unas ocho semanas, y este es el mejor momento para acostumbrarles a que utilicen rascadores, y así evitar que arañen los muebles. Pero mucha gente no hace eso, su gato se acostumbra a arañarlo todo y luego intentan arreglarlo mediante la desungulación. ¿No sabes qué es la desungulación? En este artículo te lo explicamos y te contamos por qué nunca debes hacérselo a tu gato.
¿Qué es la desungulación?
Si has tenido gatos o conoces a alguien que tenga, tal vez sí sabes qué es la desungulación. A grandes rasgos, podría decirse que consiste en una intervención para quitarle las uñas a los gatos, pero desgraciadamente es mucho más que eso. Mucha gente piensa que el proceso de la desungulación es una simple cirugía, lo que sería el equivalente a cortar las uñas de las manos humanas. Pero, lamentablemente, esto está lejos de la verdad.
En realidad, la desungulación cirugía innecesaria que no proporciona ningún beneficio médico al gato, porque implica la amputación del último hueso de cada dedo de la patita de tu gato. Para que lo entiendas, si se realizase en un ser humano, sería como cortar cada dedo por la falange superior.
Cómo se hace la intervención
El método estándar para llevar a cabo la desungulación es la amputación con un bisturí o un cortador en guillotina. Las heridas se cierran con puntos de sutura o con pegamento quirúrgico, y las patitas se vendan.
Otro método es la cirugía láser, en la que un pequeño e intenso rayo de luz corta el tejido calentándolo y vaporizándolo. Sin embargo, sigue siendo la amputación del último hueso y conlleva los mismos riesgos a largo plazo de cojera y problemas de comportamiento que la intervención con bisturí.

Un tercer procedimiento es la tendonectomía, en la que se corta el tendón que controla la garra en cada dedo. El gato mantiene sus garras, pero no puede controlarlas ni extenderlas para rascar. Aunque una tendonectomía no es en realidad una amputación, un estudio de 1998 publicado en el Journal of the American Veterinary Medical Association encontró que la incidencia de sangrado, cojera e infección era similar entre la tendonectomía y la amputación.
Los motivos por los que la desungulación no es buena para los gatos
Además de ser un proceso cruel y doloroso, los cuidadores de mascotas no deberían considerar la desungulación como una prevención rutinaria para los arañazos porque puede acarrear a un conjunto completamente diferente de problemas de comportamiento que pueden ser peores que destrozar el sofá.
Los inconvenientes médicos de la desungulación incluyen dolor en las patas, infección, necrosis del tejido (muerte del tejido), cojera y dolor de espalda. Quitar las garras cambia la forma en que la pata de un gato se encuentra con el suelo y puede causar un dolor similar al de usar un incómodo par de zapatos durante todos los días de tu vida. También puede haber daños en los nervios y espolones óseos.
Durante varios días después de la cirugía, se suele utilizar papel de periódico triturado en la caja de arena para evitar que la arena irrite las heridas de las patas. Este sustituto de la basura, que no es habitual para ellos, acompañado de dolor al rascarse en la caja, puede hacer que los gatos dejen de usarla. Además, al verse privados de su medio principal de defensa, muchos gatos empiezan a morder para protegerse.