Las vacunas en los gatos tienen una importancia crucial en la salud de tu mascota felina, ya que se trata del mejor aliado para protegerlos contra enfermedades bacterianas o infecciosas que en algunas ocasiones pueden ser mortales.

Consisten en preparados de antígenos que se fabrican mediante cantidades muy pequeñas y seguras de bacterias y virus que se han debilitado o destruido con anterioridad. Debido a esto, cuando se introducen en el cuerpo del gato, provocan que su sistema inmune produzca anticuerpos que generan una respuesta de defensa natural ante tal clase de patógenos.
El efecto de “memoria inmunitaria” producido se encarga de que, en el caso de que el gato se contagia con los patógenos que forman parte de la vacuna, el organismo los recuerde, permitiendo que se genere una inmunidad transitoria frente a la enfermedad.
En este sentido, puede decirse que las vacunas de gatos tienen la capacidad de instruir al sistema inmunológico de estos animales sobre cómo defenderse ante ciertas bacterias o virus. En consecuencia, si el gato es infectado, la enfermedad será mucho menos leve y peligrosa o incluso es posible que exista inmunidad total ante el contagio.
¿Cuáles son las vacunas para gato que se necesitan?
La realidad es que no existe un solo protocolo de vacunas para gatos. Existen muchos y todos son diferentes. Por tanto, es necesario contar con el apoyo de un veterinario para determinar cuál es el plan de vacunación ideal para tu gato.
Ahora bien, es importante aclarar que las vacunas se clasifican en optativas y prioritarias. Las prioritarias son las más importantes y todo gato debería contar con ellas. Por su parte, las optativas podrían no ser necesarias. Esto dependerá de cómo de probable es que un gato se contagie de algunas enfermedades específicas.

Los veterinarios se encargan de analizar datos como los hábitos de vida, contacto con otros gatos y edad del gato en cuestión para determinar cuáles son las vacunas optativas con las que debería contar.
Vacunas para gatos prioritarias
Dentro de esta clasificación se encuentran las siguientes vacunas:
Trivalente felina
El nombre trivalente hace referencia a que esta vacuna es capaz de proteger al gato de tres enfermedades. Estas son la calicivirus, rinotraqueítis y la panleucopenia. Todas son muy peligrosas y potencialmente mortales, ya que afectan al sistema inmunológico del gato.
Es necesario administrar la trivalente felina entre la octava y novena semana de vida del gato. Asimismo, después de un mes de su aplicación es necesario aplicar un refuerzo.
Posteriormente, transcurrido entre uno y tres años se debe volver a aplicar una dosis de refuerzo. De esta forma el gato estará protegido ante estas tres enfermedades tan peligrosas.
Vacuna contra la rabia
Otra vacuna muy importante y también conocida es la vacuna contra la rabia. Esta enfermedad, la cual también puede afectar a los perros, tiene su origen en el hecho de que la naturaleza de estos animales, pese a ser domésticos, tienen rasgos silvestres que los hacen proclives a padecer esta enfermedad.
Cabe mencionar que el riesgo del contagio de la rabia no implica solo un peligro para la vida del felino, sino también para las personas u otros animales que conviven con él, ya que a través de una mordedura del gato también podrían contagiarse de esta enfermedad potencialmente mortal.
En España suele ser obligatorio aplicarla. Sin embargo, existen algunas comunidades autónomas donde es opcional. Lo más recomendable es siempre colocarla a tu gato.
Vacunas optativas para gatos
Además de las vacunas indispensables, existen las vacunas optativas. Muchas veces son recomendables, pero en algunos casos podría ser innecesario inocularlas a tu gato. Entre las principales vacunas para gatos optativas se encuentran las siguientes:
Vacuna contra la leucemia felina
La leucemia felina es una enfermedad grave que afecta al sistema inmune del gato. Produce tumores cancerígenos en los diferentes órganos del felino y, dependiendo de cuáles sean los órganos afectados, los síntomas pueden variar, ya que cada órgano tiene una sintomatología específica.
Pese a que puede parecer muy importante aplicar esta vacuna, algunos veterinarios sugieren no aplicarla a aquellos gatos domésticos incapaces de acceder al exterior.
Vacuna contra la peritonitis infecciosa felina
La peritonitis infecciosa felina (PIF) es una enfermedad mortal y sin cura. Resulta especialmente grave cuando no se realiza una detección temprana. Es necesario que el gato tenga al menos un año y medio de vida para que pueda recibir esta vacuna. Tras evaluar al gato, el veterinario podrá determinar si es necesario que cuente con dicha vacuna.
Vacuna contra la clamidiosis felina
La clamidiosis felina es una enfermedad que produce daño ocular en los gatos más jóvenes. Se trata de una conjuntivitis que puede ser bilateral o unilateral. Si se determina que es buena idea aplicarla al gato, es necesario que tenga al menos ocho semanas de vida para aplicarla.
¿Cuándo se deben aplicar estas vacunas?
Una de las dudas más comunes que tienen los dueños de un gato es cuándo es el mejor momento para comenzar con el protocolo de vacunación. La recomendación general es que se comience con las vacunas prioritarias desde las etapas de vida en que están permitidas.
Asimismo, se sugiere que se comience con solo dos inyecciones y que exista un intervalo de entre cuatro y tres semanas de separación entre cada inyección. Por otro lado, más allá de empezar con la vacunación desde la edad permitida, se considera que las nueve semanas de edad son el momento perfecto para comenzar con la vacunación.
En el caso de las vacunas optativas las recomendaciones cambian, puesto que no siempre son necesarias. Por tanto, se debe evaluar primero si en el momento presente son recomendables para el gato. En los primeros días de vida muchas veces los gatos heredan las defensas de la madre, por lo que podría ser innecesario aplicarles ciertas vacunas optativas.
Por otro lado, no se debe olvidar la importancia de continuar la vacunación. La primera dosis de refuerzos debería efectuarse un año después de que el gato reciba sus primeras dosis. Eventualmente, la frecuencia de los refuerzos variará según los riesgos que tenga el gato de desarrollar enfermedades y su estilo de vida.
En todas estas situaciones el criterio del veterinario será suficiente para evaluar cuál es el mejor esquema temporal de vacunación.
Efectos secundarios de las vacunas en gatos
Las vacunas en animales pueden tener efectos secundarios de la misma forma que pueden tenerlos las vacunas para humanos. No obstante, estos efectos secundarios no se presentan en la totalidad de los casos, ya que no todos los sistemas inmunológicos reaccionan de la misma forma.
Sin embargo, cualquier gato puede presentar algún tipo de reacción adversa en algún momento. Estas reacciones pueden ser leves o incluso graves en algunos casos. La buena noticia es que estos efectos secundarios siempre son temporales. No se debe olvidar que el objetivo de las vacunas siempre es proporcionarle una mejor calidad de vida al gato, no peor.

Con respecto a cuáles son los efectos secundarios, estos pueden ser fiebre leve, comportamiento agresivo, inflamación de los ganglios linfáticos, vómito, diarrea, anafilaxia y en algunos casos graves problemas respiratorios o vasculares. En estos casos de gravedad es necesario acudir con un veterinario lo más pronto posible para evitar que los síntomas empeoren.