¿Cuántas veces has intentado bañar a tu perro en casa y se ha convertido en una misión imposible? El animal mete el rabo entre las patas, se tumba en el suelo inmóvil, gruñe, incluso ladra y nosotros no sabemos cómo actuar ante estas circunstancias. Optamos por arrastrarlo hasta la bañera y forzarlo sin darnos cuenta de que este gesto empeora más la situación. La razón es que el can aún se siente peor y relaciona la bañera con un hecho muy negativo. De este modo, en el siguiente intento aún se resistirá más. Con el fin de que las tensiones se reduzcan, a lo largo de este artículo vamos a darte diversos consejos para que a la hora de bañar a tu mascota no te frustres y todo fluya con armonía.
Bañar a tu perro en casa
Normalmente, bañar a tu perro en casa no es sencillo, pero cuando el animal empieza a oler mal tienes que buscar un remedio efectivo y no deja de ser otro que la ducha. Por ello, tu deber es utilizar agua y jabón y ponerte manos a la obra para que el can esté limpio. ¿No sabes ni por dónde empezar? Nosotros te describimos cada paso a continuación.
Primeros pasos
Lo primero que tienes que hacer es adquirir un champú específico que se adapte a las necesidades de tu mascota. De este modo, debes de tener en cuenta, por ejemplo, si el animal tiene piel atópica. Asimismo, es importante que cuentes con diversas toallas y algunos premios que permitan que el can se relaje. Además, será una forma de valorar de forma positiva su buen comportamiento, si lo tiene. Igualmente, no puedes olvidar que la experiencia debe ser lo más positiva posible. Es la única manera de conseguir que con el paso del tiempo el perro vaya perdiendo el miedo.
El agua
El agua debe estar templada y una buena opción es empezar mojando sus extremidades. A continuación seguirás por la zona lumbar. De ahí, puedes ir directo hacia la cabeza del can. En este punto tienes que aplicar el champú y distribuirlo por todo su cuerpo, frotando de forma delicada.
Los oídos
Los oídos de tu mascota son sensibles. Por ello, debes de tener especial cuidado con esta zona. En el caso de que se introduzca demasiada agua en sus orejas, el animal podría sufrir una otitis. Para evitarlo, tienes la oportunidad de usar tapones para perros o recurrir a las tan conocidas bolas de algodón.
Los ojos
Al igual que los oídos, los ojos también son una zona sensible, por lo que tendrás que estar atento a que no se introduzca jabón en ellos. Si sucede, deberás aclararlos con abundante agua, incluso consultar con un veterinario.
El aclarado
Tras enjabonar todo su pelaje, es importante aclarar cualquier resto con agua. Para conseguirlo, dedícale el tiempo que sea necesario a este punto. Revisa bien las zonas menos visibles para conocer realmente si el perro ya está limpio.

El secado
El secado debe comenzar por una toalla. Cuando el exceso de humedad se haya eliminado, lo ideal es cepillar el pelo del animal. En el caso de que presuma de un pelaje largo, tendrás que desenredárselo. Debes prestar especial atención a las zonas más sensibles para que la dermatitis no se apodere de ellas. Suelen ser aquellas en las que más pelo hay o en las que se forman pliegues, como ocurre en algunas razas como el pequinés o el shar pei, entre otras.
Si el animal lo tolera, utilizar el secador con aire templado no está de más, aunque no es de extrañar que para el can sea un paso muy desagradable, tanto por el ruido como por el efecto del aire. Existe la posibilidad de que sea imposible hasta encender el aparato por el nerviosismo del animal. En este caso, te recomendamos que crees un clima cálido en una habitación con radiadores que favorezcan el secado del can de una forma rápida.
¿Con cuánta frecuencia debo bañar a mi perro?
Ahora que ya sabes cómo bañar a tu perro en casa, te preguntarás cada cuánto tiempo debes hacerlo, pero no existe una respuesta exacta. Todo dependerá de la estación del año en la que te encuentres, pues en verano debes hacerlo más. Ahora, usar demasiado champú sobre su piel es perjudicial, pues puede dañar la capa de grasa que protege tanto su pelo como su piel.
Estilo de vida
Existen algunos parámetros que nos indicarán el tiempo que debe transcurrir entre baño y baño. Así, el primero de ellos es el estilo de vida. Sus hábitos diarios y el lugar en el que reside influirán en tu decisión. Si el can vive en el campo se ensuciará más que si lo hace en la ciudad. En el primer caso te aconsejamos un baño cada mes, mientras que en el segundo puedes hacerlo cada tres meses.
Longitud del pelo y sensibilidad de la piel
Por otro lado, cuanto más largo tenga el pelo, más deberás lavárselo; y cuánto más sensible sea su piel, menos.