Cómo enseñar a tu perro a no ladrar en casa incluso estando solo

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Ladrar es algo que los perros hacen por instinto, es tan natural para ellos como para nosotros lo es respirar o llorar. En ocasiones, el ladrido de nuestra mascota puede parecernos molesto, particularmente si vivimos en un piso y tenemos vecinos o si hay niños pequeños en casa. Sin embargo, es posible que eduques a tu perro para evitar esta conducta tan innata en él. En nuestro artículo de hoy te contamos cómo enseñar a tu perro a no ladrar en casa.

Cómo enseñar a tu perro a no ladrar en casa

¿Alguna vez te has preguntado por qué ladra un perro? Los motivos son abundantes. El más importante de ellos es la comunicación, pues esta es la forma natural que tienen los canes de expresarse. Un ladrido encierra un sinfín de emociones. Tu perro puede estarte advirtiendo de un peligro, puede darte a conocer que está estresado, que siente miedo o que se siente feliz de verte de nuevo en casa. También puede significar que tiene hambre o, incluso, que se siente mal.

Hay situaciones muy particulares en las que un perro ladra que pueden resultarnos un poco molestas, especialmente si el ladrido es continuo y llegan a retumbarnos los oídos. Por ejemplo, cuando suena el timbre de la puerta, cuando viene el cartero o simplemente porque alguien pasa fuera. ¿Cómo enseñar a tu perro a no ladrar en casa?

Con paciencia es como puedes enseñar a tu perro a no ladrar en casa incluso estando solo

Consejos básicos

Lo más importante es diseñar un plan de adiestramiento y atenerte a él. Intenta seguirlo rigurosamente y no cedas ante esas tiernas miradas que puede ponerte para obtener lo que sea que está pidiéndote. Por ejemplo, tu perro puede ladrarte porque quiere más comida o quiere que compartas con él tu bocadillo, o tal vez te ladre porque quiera que le hagas caso y juegues con él. Intenta no ceder ante sus intentos por conseguir lo que quiere o echarás atrás todo lo que puedes haber conseguido.

Ármate de mucha paciencia y evita gritarle a tu perro cuando esté ladrando. ¿No te has detenido a pensar que, si tu perro ladra y tú gritas, quizá a él le parezca que también estás ladrando con él y entonces no se detenga con los ladridos? Trata de mantener las sesiones con optimismo y positivismo; recuerda que los perros son muy inteligentes y el simple roce de tu mano en su lomo es capaz de transmitirle lo que tú estás sintiendo. Y no quieres, por supuesto, que tu perro perciba tu desesperación.

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Otro truco que debes seguir es mantener la constancia en el entrenamiento para evitar confundir al animal. Esto debe aplicarlo tanto quien está a cargo de entrenar al perro, como todos los miembros de la familia, que deben de comprometerse con el entrenamiento.

Cómo enseñar a tu perro a no ladrar en casa: deshazte de la motivación

Muchas veces los perros no ladran porque sí. Ladran porque saben que, a través de ese molesto ladrido, son capaces de conseguir algo. Una especie de recompensa. Como ya hemos adelantado, pueden estar buscando comida, una caricia o un poco de diversión conjunta. Si no se saliera con la suya cada vez que lo hace es muy posible que no ladrara. Lo primero que tienes que hacer es observar a tu mascota y percatarte de la recompensa que recibe por ladrido y deshazte de ello.

Un ejemplo muy sencillo es que tu perro, quizá, suele colocarse en la ventana de la casa al acecho, esperando a que pase un peatón. Hay muchos perros que ignoran a los adultos y suelen ladrar más a los niños y viceversa. ¿Cómo evitarlo? Cierra las persianas para que tu perro no sea capaz de ver el exterior. No te decimos con esto que tu mascota esté encerrada todo el tiempo. Una buena idea es saber los horarios de más y menos afluencia de personas por la calle y permitir que tu perro disfrute de las vistas cuando no haya mucha gente (o nada de gente) paseando. Por ejemplo, a la hora de la siesta o tal vez por las noches, a determinada hora. Sin embargo, lo más recomendable es aislarlos. Mucho cuidado también con el aislamiento. No te excedas o puedes crear un perro antisocial y empeorar la situación.

Ignora a tu perro: cuanto más caso le hagas, más ladrará.

Ignora los ladridos de tu perro

Si tu perro está buscando que juegues con él o le acaricies, entonces ignóralo durante un tiempo hasta que se calme. ¿Cómo ignorarlo? En todos los sentidos. No lo mires, ni le hables, ni lo acaricies; en el fondo sabes que esa es la recompensa que están buscando de ti. Cuando se detengan los ladridos, entonces puedes hacerles un mimo o premiarlos con una chuche canina.

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Aprende que si tu perro ladra durante media hora y tú por fin le haces caso, para él quiere decir que entre más ladridos, más caso vas a hacerle tú y la próxima vez, ladrará más tiempo.

Cómo enseñar a tu perro a no ladrar en casa cuando está solo

Algo que sin duda preocupa mucho a los dueños es el tiempo que las mascotas están solas en casa. Tristemente no podemos permitirnos contratarle a nuestro perro una cuidadora que esté con él todo el día prestándole atención. Además, es precisamente esto lo que quieres evitar. Si eres de esas personas que pasa largas jornadas fuera de casa por cuestiones de trabajo (quizá marches por la mañana y no vuelvas hasta la tarde), no te preocupes, nosotros te contamos cómo enseñar a tu perro a no ladrar en casa. La técnica es sencilla. Empieza por acostumbrar a tu perro al ruido de los humanos (radio, música, televisión) y déjaselo en casa para que se sienta seguro y en un ambiente familiar.

Si eres de esas personas a las que no les gusta dejar los aparatos eléctricos durante largo rato, recuerda que todos estos artilugios vienen con un temporizador para apagarlos después de cierto tiempo. También es aconsejable proporcionar a tu mascota juguetes que lo mantengan entretenido y ocupado durante largo rato.

Si nuestro perro sufre de ansiedad y ladra porque no estás con él, lo mejor es dejar a su alcance una prenda impregnada de nuestro olor. Puede ser una camiseta, una pequeña manta, las zapatillas de andar por casa… tus opciones son muchas. Cuando vuelvas a casa es posible que tu perro se vuelva eufórico al verte y, por supuesto, te demuestre su alegría con ladridos. Acércate a él y hazle mimos. Juega un poco con él y practica un poco de ejercicio a través del juego. Tu perro comprenderá que lo has echado de menos.

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