Hemos oído hablar mucho de los perros PPP. Hasta ahora, la normativa nos indicaba que había que tenerles cierto respeto, incluso miedo, pues no dejaba de decir que debido a sus características físicas y a su carácter se trataba de seres que podían hacer mucho daño a cualquier persona, ya fuera niño o adulto. Sin embargo, la mayoría de las personas que han tenido contacto con este tipo de razas son conscientes de que pueden ser aún más nobles que aquellos perros que, en apariencia, son inofensivos.
Ha sido muy larga la lucha para permitir que este tipo de canes cuenten con los mismos derechos que otros que pertenecen a otras razas, como poder llevarlos sin bozal por la calle. Ha sido mucho tiempo durante el cual no ha sido posible poder, por ejemplo, pasearlos con una correa estándar. Sin embargo, los tiempos cambian y, a veces, mejoran ciertas situaciones. Por ello, quizá ha llegado el momento de dejar ciertos prejuicios atrás y permitir a estos animales vivir con mayor libertad.
Los perros PPP ¿Potencialmente peligrosos?
A día de hoy, en España, existen más de 100.000 perros considerados perros PPP, es decir, potencialmente peligrosos. Sin embargo, es posible que estos términos se queden atrás gracias a una modificación de la legislación en la que actualmente continúa trabajando el Gobierno de España. De este modo, se conseguiría liberar de esta estigmatización no solo a los canes de ciertas razas, sino también a sus dueños. Las razas caninas recogidas en la figura del PPP son las siguientes: Staffordshire bull terrier, Dogo argentino, Pit bull terrier, Rottweiler, Akita inu, Tosa Inu, American staffordshire terrier y Fila brasileño.

Sin embargo, la normativa va más allá y, además de las razas que acabamos de mencionar, también incluye a las siguientes: Doberman, Bullmastiff, Boxer, Dogo de Burdeos, Presa canario, Mastín napolitano, Presa mallorquín y Dogo del Tíbet. Estas figuran en las distintas regulaciones autonómicas.
El error de generalizar un carácter por su raza
Son muchas las personas que se han encargado de denunciar públicamente durante años que generalizar los términos «potencialmente peligrosos» solo por el hecho de pertenecer a una raza u otra es totalmente injusto. Se trata de una forma de criminalizar a algunos animales y, por supuesto, a sus responsables. Por otra parte, es cierto que hay perros que, en caso de atacar, pueden hacer más daño que otros, pero ¿Quién dice que existen más probabilidades de que un fila brasileño muerda a alguien que, por ejemplo, un pastor alemán? Los adiestradores no se cansan de decir que todo depende de la educación del animal, no de su tamaño. De esta forma, es necesario analizar el carácter de cada perro, de forma individual, para poder juzgar si es o no potencialmente peligroso.
Con todo, existen hechos que llevándose a cabo solucionarían gran parte del problema. Entre ellos se encuentra impartir cursos de formación a aquellas personas que posean perros con cualidades físicas especiales. Lo mismo sucedería llevando a cabo una prueba de sociabilidad canina. Todo ello sería llevado a cabo por expertos que sepan diferenciar un perro agresivo de uno que no lo es.

Exigencias ante los perros PPP
Son muchas las medidas que se han tenido que tener en cuenta a la hora de tener perros PPP. Por ejemplo, para poder adoptar uno, es necesario contar con una licencia administrativa. Esta es otorgada por el ayuntamiento siempre que la persona cuente con los siguientes requisitos: carecer de antecedentes penales graves, ser mayor de edad, tener un certificado de seguro de responsabilidad civil y otro de aptitud psicológica.
Respecto a los paseos por la vía pública, el perro debe ser paseado por una persona autorizada. Igualmente, el bozal es obligatorio con el fin de transmitir tranquilidad, confianza y respeto a los viandantes. Asimismo, la correa con la que se debe pasear al can no puede superar los dos metros de longitud. Por otro lado, los perros podrán estar sueltos en fincas privadas cuando las parcelas cuenten con los cerramientos adecuados para que el animal no pueda salir. En caso de que no se dé esta última circunstancia, los canes tendrán que permanecer atados.
Características de los perros considerados PPP
Son muchas las características físicas que poseen aquellos perros considerados PPP. Entre ellas se encuentran su aspecto robusto, su fuerte musculatura, su agilidad, su configuración atlética y su resistencia. Asimismo, su carácter suele ser fuerte y presumen de una gran valentía. Su pelaje es corto y su perímetro torácico se encuentra entre los sesenta y los ochenta centímetros. Su peso supera los veinte kilos y su cabeza es robusta, con cráneo ancho, mejillas musculosas y abombadas. Las mandíbulas son fuertes y amplias, al igual que su cuello. Asimismo, las extremidades traseras son rectas y paralelas, mientras que las posteriores presumen de ser muy musculosas.
Un perro, una personalidad
Ahora, nada tiene que ver que un perro sea grande y presuma de una gran mandíbula a que este sea peligroso. Es como si dijéramos que una persona por tener un cuerpo musculoso y sea alta ya tiene que ir haciendo daño a las personas. Una cosa es el aspecto físico, otra su personalidad. Por supuesto, algunas razas presumen de tener unas cualidades u otras, pero ninguna posee instintos agresivos como tal. De este modo, se debe juzgar a los animales por su carácter, por cómo se comportan con otros seres, y no por su aspecto físico.
Se trata de un discurso que lleva años pronunciándose, pero jamás se había tenido en cuenta hasta el momento. Son muchas las personas que han visto que los perros considerados PPP pueden ser los más tiernos y dulces con otros animales o, incluso, con niños. Por ello, no debemos estigmatizarlos solo porque una normativa quiera generalizar ciertos comportamientos con ciertas razas.
Por supuesto, hay perros que pueden resultar peligrosos, pero, para saber cuáles son, hay que analizar su personalidad y ver cómo se comportan con aquellos que les rodean. Los prejuicios nunca han sido buenos y, en este caso, tampoco cabe una excepción.