Los agapornis son unos pájaros activos, alegres y hermosos que proceden de las regiones más secas de África. Debido a que evolucionaron de un entorno muy duro, cuidar un agaporni en cautividad es bastante sencillo porque estas encantadoras mascotas de colores brillantes no sólo tienen una buena disposición para vivir con humanos, sino que son muy resistentes y cariñosas. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre ellos para aprender a cuidarlos con éxito.
Cómo cuidar a un agaporni en 10 pasos
1. Considera criar una pareja
Si vas a comprar una mascota y te decides por un agaporni, tal vez te plantees si es mejor comprarlo solo o en pareja. No en vano, a los agapornis se les conoce popularmente como inseparables porque suelen unirse a una misma pareja de por vida. Son mascotas muy sociales, por lo que necesitan compañía y, si no la tienen, se deprimen.
Si adquieres agapornis salvajes, es mejor que críes directamente a una pareja, ya que no estarán acostumbrados a socializar ni vivir en cautividad. Si los compras recién nacido en un criadero, por el contrario, podrás criarlo solo y convertirte tú en su «inseparable», pero esto solo es aconsejable si vas a poder dedicarle mucho tiempo para que se sienta acompañado. Si no, compra dos, porque se harán compañía mutua y no necesitarán tanta atención.
2. Si quieres adiestrarlo, consigue un polluelo
Una de las partes más divertidas de cuidar un agaporni es la parte en la que puedes enseñarle trucos para divertiros juntos e impresionar a tus visitas. Para poder lograr esto, es necesario que tengan mucha confianza con su dueño y que su relación sea lo suficientemente sólida como para que se deje coger con frecuencia y reciba órdenes. Lo mejor es adquirir el polluelo dentro de su primer mes de vida, porque no cambian fácilmente de lealtad de un compañero a otro (ya sea pájaro o humano), y necesitarás ser el primero.

3. Hazte con una jaula bien grande
Como son aves muy activas, para cuidar un agaporni necesitarás una jaula que tenga espacio suficiente para alojarlos. Se recomiendan unas dimensiones mínimas de 81 x 50 x 50 cm por cada par de aves, con aproximadamente cuatro perchas, platos de comida y agua y un área para el baño.
Por otra parte, los barrotes de la jaula están lo más cerca posible unos de otros, ya que lo agapornis tienden a intentar escaparse a través de las barras. A ser posible, compra una jaula que no esté hecha de madera, porque de otra forma roerá los barrotes y la destruirá por completo.
4. Elige bien su ubicación
Coloca la jaula en un soporte o cuélgala de la pared a la altura de los ojos o a unos metros sobre el suelo. El lugar que elijas debe tener buena luz y estar bien ventilado, aunque libre de corrientes de aire. Debe estar también lejos de puertas y ventanas donde la exposición directa a la luz solar puede hacer que pasen demasiado calor, pero colocada cerca de al menos una pared para mejorar la sensación de seguridad.
5. Llénala de juguetes
Asegúrate de que la jaula está repleta de juguetes como columpios, perchas y otros artículos que puedan morder. Les gusta mucho picotear cosas, por lo que es importante suministrarles juguetes y papel para que puedan triturarlos en pedazos sin hacerse daño. También necesitarán una piedra especial (de calcio o de lava) para poder afilar su pico y limar sus uñas.
Si tienes un único agaporni, también es interesante añadir un espejo dentro de la jaula ya que, aparte de que les encantan, al ver su reflejo se sentirá menos solo.
6. Prepara una zona específica para el baño
A la mayoría de los agapornis les encanta bañarse, por lo que necesitarán una zona específica en la jaula para hacerlo. Generalmente, les gusta colocarse en el borde, sumergir la cabezas y la parte superior de sus cuerpos en el agua y batir sus alas.

7. Mantén la jaula limpia
La limpieza de la jaula es uno de los puntos clave a la hora de cuidar un agaporni, ya que es la única manera de prevenir enfermedades y lograr que nuestro pájaro esté cómodo. El cuidado básico de la jaula incluye el cambio diario de los platos de comida y agua, y también del periódico que se usa para forrar el fondo de la jaula.
A parte de eso, cada semana debes limpiar y desinfectar la jaula con agua tibia y jabón o con un desinfectante específico para jaulas de aves. En cuanto a los juguetes, lávalos y sécalos completamente (especialmente las perchas) cada vez que se ensucien.
8. Aliméntalo adecuadamente
Para cuidar un agaporni de forma correcta, es necesario que su dieta sea lo más variada posible. Si compras una cría, deberás alimentarla con papillas al principio, e ir introduciendo alimentos sólidos conforme vaya creciendo.
En la naturaleza, estos pájaros se alimentan de de semillas, bayas, frutas, granos, brotes de hojas, maíz e higos. Por ello, su dieta debe incluir necesariamente semillas, frutas y verduras, y no estará de mal incluir minerales como el calcio.
En las tiendas especializadas venden mix de semillas específicas para aves que te pueden servir: deberán incluir como mínimo alpiste mijo, trigo, maíz y avena, que les aportan las grasas, hidratos de carbono y las proteínas. Puedes darle cualquier verdura o fruta (salvo aguacate) un par de veces a la semana, y comprarle un hueso de jibia para el aporte de calcio.
9. Saca a tu agaporni de la jaula con frecuencia
Para ayudar a tu agaporni a socializar y acostumbrarse a vivir entre humanos, además de para que no se aburra, es buena idea sacarlo de la jaula un par de horas al día en una habitación cerrada. De esta forma te será mucho más fácil estrechar la relación con él y enseñarle trucos.
10. Adiéstralo con cariño y paciencia
Ya hemos mencionado que para poder enseñarle trucos a tu agaporni, es necesario que adquieras uno joven, porque son los que aprenden más fácilmente. El adiestramiento de un agaporni requiere de aceptación y confianza entre tu pájaro y tú. Esto significa pasar mucho tiempo con tu agaporni diariamente, hablándole suave y sin hacer movimientos bruscos.
Una vez que se sienta cómodo con usted, puedes intentar empezar a enseñarle que se suba a tus dedos. Para ello, utiliza una barra como las de la jaula y empújala suavemente contra el pecho del ave mientras le ofreces una golosina para convencerlo de que suba. Tras muchos intentos y una vez que se sienta cómodo al subir a la barra, sustitúyela por el dedo.