Los perros pueden llegar a ser muy expresivos y les basta con el lenguaje corporal para poder decir cómo se sienten o qué quieren. Un ladrido y un gruñido pueden ser una señal de que el perro está enfadado, pero ¿qué pasa cuando simplemente está desconforme con algo y quiere estar solo? En estos casos no suele haber ni ladrido ni gruñido. Entonces ¿cómo saberlo? Te explicamos cómo saber si tu perro se ha enfadado y necesita estar solo un rato.
Motivos por los que un perro se enfada
Hay muchos motivos por los que un perro puede enfadarse, siendo el más común y habitual la situación en la que se le obliga a hacer algo que no le apetece o no le gusta, como bañarse, cortarle las uñas, tomar un medicamento…
Aunque un perro puede enfadarse como consecuencia de una situación que le parece estresante, peligrosa, incómoda o desagradable, este comportamiento no debe ser el habitual. Si continuamente se enfada y actúa de una forma agresiva hacia cualquier miembro de la familia o desconocidos, puede que sea a causa de un desequilibrio, miedo o estrés. En este caso aconsejamos contactar con un etólogo para que evalúe su comportamiento y busque la causa para poder remediarlo.
Cómo saber si tu perro está enfadado
Te enumeramos las diferentes señales que pueden estar indicando que tu perro está enfadado y que necesita espacio.

Bosteza mucho
Los bostezos de un perro, sobre todo cuando son continuos, pueden estar indicando que está estresado, molesto o agitado por la situación que está viviendo o hay alrededor. Obviamente un perro también puede bostezar por pereza, cansancio y sueño y no siempre debe interpretarse este gesto como una señal de enfado. Así que cuando bostece en una situación poco habitual y lo haga de forma repetida, te aconsejamos que analices qué está pasando a su alrededor. Si crees que la situación no es cómoda para él, llévate al perro de ese lugar.
Se lame la nariz y el hocico en general
Hay dos motivos por los que un perro se lame el hocico: normalmente es porque acaba de comer algo o porque hay comida cerca, pero también puede hacerlo porque está enfadado o angustiado.
Nuestro consejo, si detectas este gesto en él, es que intentes sacarlo de esa situación para que se tranquilice o le dejes su espacio.
No te mira
Cuando un perro está enfadado, al igual que haría una persona, también puede negarse a tener contacto visual contigo e incluso puede darte la espalda. En este caso, déjale su espacio, no insistas y ya se le pasará. Todos los perros perdonan.
Otros comportamientos
Si le has enseñado a tu perro a obedecer algunas órdenes y en un momento puntual deja de hacerlo puede que esté enfadado contigo por algún motivo o por algo que pasa a su alrededor. También es señal de que está enfadado cuando se pone rígido e inmóvil, cuando esconde su rabo o cuando se esconde debajo o detrás de algún mueble.
Lo mejor que puedes hacer ante cualquiera de estas señales es dejarle su espacio y esperar a que él venga a ti de nuevo. Si te enfadas, gritas o lo fuerzas solo conseguirás que se enfade más y llegue a gruñir, ladrar o incluso marcarte.

No debe confundirse enfado con agresividad
Lo que debería esperarse de un perro que se ha enfadado por algún motivo puntual es que se vaya, se aleje del grupo un rato y quiera estar solo. Si decimos esto es porque no debe confundirse enfado con agresividad. Un perro enfadado se aleja, huye de la situación y busca tranquilidad y nosotros debemos proporcionársela. Sin embargo, cuando un perro se muestra agresivo puede que ladre, gruña o muerda. Muchas veces esta agresividad la provocamos nosotros mismos no dándole al can ese espacio y tranquilidad que necesita. Otras veces, en cambio, puede deberse a un desequilibrio o a un problema de conducta. Si crees que este es el caso te aconsejamos que contactes con un etólogo para encontrar el origen del problema.
Con esto queremos decir que un perro enfadado, si está equilibrado, no debe mostrarse agresivo, si lo hace hay que encontrar el motivo para remediarlo.
Déjale su espacio
Tal y como nos pasa a nosotros, que cuando nos enfadamos queremos estar solos para pensar y calmarnos, a un perro le pasa lo mismo. Nuestro consejo es que le dejes su espacio si detectas que necesita estar solo, sobre todo si es porque está estresado o enfadado. Ten paciencia y, sobre todo, en una situación así, no insistas, no le regañes y mucho menos le pegues. Está comprobado que el castigo físico jamás tiene beneficios sobre el perro, sino todo lo contrario: puede volverlo miedoso, agresivo y desconfiado. Ya verás que dejándole solo pronto se le pasa y va a buscarte feliz.