La llegada de un nuevo gato a la familia es un acontecimiento muy feliz, pero también puede ser confuso y estresante tanto para los futuros dueños como para el propio gato. Todos los implicados quieren una transición suave y feliz, pero la ausencia de planificación previa al proceso puede traer consecuencias negativas. Para que esto no te ocurra, aquí te contamos todo lo que debes saber a la hora de adoptar un gato en esta completa guía.
Adoptar un gato: cómo elegir al adecuado
Antes de decidirte a adoptar un gato, debes tener en cuenta cuál es el mejor momento en la vida del felino para hacerlo y qué tipo de gato te convendría tener en función de tu familia, hogar y estilo de vida.
La mejor edad para adoptar un gato
Aunque adoptar a un gato adulto siempre es una buena idea y tiene ventajas, si quieres vivir el proceso de criar a un cachorrito desde cero, un gatito de tres meses es la mejor opción. Esta es la edad óptima para hacerlo ya que, a partir de este momento, se les puede separar de la madre e integrarlo en un hogar para que se adapte lo mejor posible, que lleve buenos hábitos a nivel de socialización, dieta y comportamiento. Necesitarás algunos cuidados extra en comparación a si adoptas un gato adulto -por ejemplo, limpiarle los ojos con una gasa y suero fisiológico, ya que aún no pueden limpiarse solos-, pero cuanto antes lo adoptes, antes se acostumbrará a vivir y socializar con humanos, y más fácil será criarlo para convivir en armonía.

Elige un gato con una personalidad que se ajuste a la tuya
Al igual que los humanos, cada gato tiene su propia personalidad, y creer que todos los gatos son iguales puede crear expectativas que luego no se cumplirán, lo que podría generar problemas. Lleva tiempo conocer a un gato y la paciencia es la clave para entender sus pequeñas peculiaridades.
En general, los gatos de pelo largo y cabezas y cuerpos redondos son más fáciles de manejar que los gatos delgados con cabezas estrechas y pelo corto. Los primeros son más tranquilos y se adaptan a viviendas pequeñas, mientras que los segundos, que suelen ser más activos, prefieren espacios más grandes donde poder explorar. El veterinario o el personal de la protectora puede ofrecerte consejos para ayudarte a elegir un gato que se adapte a tu estilo de vida.
Cosas a tener en cuenta antes de adoptar un gato
Traer un gato a casa es una gran responsabilidad, ya que no es un regalo o un juguete, sino una criatura viviente con sentimientos y necesidades. Por ello, antes de adoptar a un gato es necesario tener claras varias cosas:
Los gatos necesitan estabilidad
Si estás entre trabajos o tu situación de vida actual no es estable, no adoptes un gato hasta que sepas que te quedarás en un lugar fijo de forma permanente. Mudarse es bastante estresante y difícil para los animales y, después de hacer la transición hasta tu casa y acostumbrarse, le costará repetir el proceso otra vez.
Adoptar un gato tiene costes a corto y largo plazo
Aunque todas las mascotas conllevan gastos, lo cierto es que un gato adoptado de un refugio de animales es una ganga, ya que la mayoría de instalaciones ya habrán proporcionado castración o esterilización, vacunas iniciales y un microchip para su identificación permanente, así que solo tendrás que pagar una tasa o donativo simbólico mucho más barato que tener que hacer todos esos procesos por tu cuenta.
Pero, aunque el coste inicial sea bajo, un gato te va a costar dinero durante el resto de su vida: comida, juguetes, muebles, arena, facturas del veterinario… Debes tener en cuenta todo esto para saber si puedes permitírtelo.
Prepara la casa para la llegada de tu nuevo amigo
Una vez que has decidido adoptar un gatito, es hora de llevarlo a casa. Esto es todo lo que necesitarás para recibirlo como se merece y ayudar a que se aclimate con facilidad.
Y, por supuesto, si no lo has hecho ya en la protectora o antes de traerlo a casa, llévalo a un veterinario para que lo examine, a fin de descartar cualquier tipo de enfermedad, vacunarlo si es necesario y obtener el tratamiento necesario para mantenerlo libre de parásitos.

Compra todo lo que necesita con antelación
Prepárese para que su nuevo gato pueda empezar a sentirse como en casa de inmediato. Tu gato necesitará una caja de arena, arena para gatos, cuencos para comida y agua, postes para rascarse, juguetes seguros y estimulantes, una cama cómoda, un cepillo para el aseo, un cepillo de dientes y un cortaúñas. A la hora de alimentarlo, sigue las indicaciones por peso y edad que recomiende el fabricante de pienso o las que te haya dado tu veterinario
Crea un «santuario» para tu gato
Los gatos son territoriales, y entrar en un nuevo hogar los deja muy inquietos. Puede llevar varias semanas que un gato se relaje en un nuevo entorno. Es una gran idea mantener la nueva adición aislada en una habitación individual Elige una habitación pequeña donde su gato pasará su primera semana. La habitación debe estar limpia, despejada y lo más silenciosa posible. Amuebla la habitación con todo lo que tu gato vaya a necesitar, como comida, agua, una caja de arena, juguetes y un espacio para esconderse (una simple caja de cartón sirve). El propósito de esto no es castigar o ignorar al gato, sino permitirle que se aclimate lentamente a su nuevo entorno sin estresarse demasiado.
Presenta el gato a otras mascotas poco a poco
El proceso de aclimatación entre tu felino y otras mascotas de la casa puede llevar días, semanas o meses, pero debes ser paciente: precipitarse puede dañar permanentemente la relación entre ambas partes.
No intentes presentarlos durante los primeros días: deja que todos sean conscientes de la presencia de los demás sólo por los olores y sonidos. El objetivo es que se acostumbren unos a otros y reforzar las conductas positivas cuando los de fuera se acerquen a la puerta de la habitación donde está el gato, por ejemplo dándoles chucherías si olisquean sin armar jaleo.
Si ves o escuchas gruñidos, redirige a tu mascota lejos de la puerta hacia una actividad divertida. Cuando hayan pasado unos días, deja que el gato explore la casa durante los períodos de tiempo que las otras mascotas no estén presentes (si es un perro, durante sus paseos; y, si es otro gato, mantenlos en habitaciones distintas), y poco a poco notarás que está más relajado y que es el momento óptimo para que se conozcan sin peligro.

Asegura la casa para que el gato no se lastime cuando la explore
Haz de tu casa un lugar seguro. Una vez que el gato esté a salvo en su habitación, recorre tu casa y busca posibles peligros y áreas problemáticas. Esto incluye recoger objetos pequeños del suelo para que no se los traguen; no dejar cables sueltos ni colgando para evitar que los mordisqueen; poner a buen recaudo los objetos de decoración frágiles que tuvieras sobre los muebles y que se puedan romper; guardar bajo llave los productos químicos peligrosos/suministros de limpieza; cerrar las puertas de las áreas prohibidas (despensas, armarios); y no dejar comida encima de la mesa ni en la encimera de la cocina. También debes asegurarte de que todas las ventanas y puertas estén cerradas.
Disfruta de tu gato y trátalo con cariño y paciencia
Hazle saber a tu gato que lo quieres en todo momento. Puede que al principio esté nervioso y no se deje acariciar, pero hablarle en un tono tranquilo y cariñoso puede ayudar a calmar sus nervios y darle confianza.
Elogiarle cuando hace algo bueno es también un gran refuerzo positivo. Dile que es un buen gatito cuando coma su comida, use su caja de arena, venga a saludarte, y o use sus juguetes y rascadores.
Si su gato hace algo malo, como rascar el sofá, simplemente cógelo y colócalo en su rascador o en el cartón, pero no le regañes. Los gatos, a diferencia de los perros, no responden bien a la disciplina. Reforzar positivamente el buen comportamiento y corregir pacientemente su mal comportamiento es la mejor manera de actuar si necesitas mejorar su conducta.