Son muchas las causas de parálisis en perros que pueden afectar tanto a las patas traseras como a las delanteras. Esta puede tener lugar a partir de una enfermedad o de un accidente y puede presentarse de forma instantánea o ir desarrollándose con el paso del tiempo. En algunas ocasiones llega a ser reversible pero, por desgracia, en algunos casos no existe cura. Con el fin de que conozcas más a fondo este problema que tanto preocupa a muchos dueños, a lo largo de este artículo explicaremos los aspectos más importantes.
Causas de parálisis en perros
Las causas de parálisis en perros son muy variadas y afectan de distinta forma al animal. Para que descubras las más destacadas, te las describiremos a lo largo de este apartado.
Traumatismo o enfermedad
Fundamentalmente, este tipo de problemas es provocado o por un traumatismo o por una enfermedad. Esta última puede ser a su vez congénita o infecciosa. Entre las primeras se encuentra una patología degenerativa de los discos intervertebrales. Los perros que la padecen, debido sobre todo a la edad, van perdiendo poco a poco movilidad. La razón es que la membrana que rodea su médula espinal se va descomponiendo con el paso del tiempo. En cuanto a las enfermedades infecciosas, son dos las que resultan especialmente peligrosas: la rabia y el moquillo.
Tumores y otras lesiones
Asimismo, la parálisis también puede ser provocada por un tumor situado en alguna parte de su cuerpo que le afecta a la movilidad. De este modo, si por ejemplo tiene uno en la espina dorsal, puede perjudicar a las extremidades.
Además, el perro puede sufrir parálisis por una lesión en el cuello o en la médula espinal. Generalmente, este tipo de lesiones son producto de un golpe fuerte o de un accidente. Por desgracia, en estos casos, el problema suele ser permanente.
Parálisis psicológica
Aunque nos parezca sorprendente, la parálisis en perros puede también ser psicológica como producto de un shock. En estos casos, dado que no hay lesiones en la médula, será temporal.
Ahora, tampoco es extraño que sea provocada por una ingesta de alimentos en mal estado, por ejemplo, contaminados con toxina botulímica. Es más, puede ser producida por la picadura de algún insecto, como puede ser una garrapata.
El perro se niega a moverse
Por otro lado, que el perro no se mueva no significa que el animal sufra una parálisis, sino que simplemente siente dolor y no quiere que este se vuelva más intenso. Estos casos pueden ser debidos a lesiones de ligamentos o artrosis donde el animal evita utilizar la extremidad afectada. De esta forma, el can mostrará su inquietud si manipulamos la zona dañada.
Síntomas y tratamiento de la parálisis en perros

Además de la imposibilidad de caminar, la parálisis en perros puede tener otros síntomas, como dificultad para levantarse o problemas para orinar o controlar la orina. En este último caso, podremos ser testigos de cómo el líquido gotea constantemente. Lo mismo puede suceder a la hora de defecar. Otro de los síntomas es caminar con dolor. Si se da esta situación, veremos cómo nuestro perro parece mareado al andar.
En cualquiera de los casos anteriores, deberemos llevar al animal al veterinario para que lo examine y decida qué pasos se deben dar para afrontar la situación. De este modo, si sufre incontinencia, además de la parálisis, será necesario mantenerlo lo más limpio posible. Este gesto tan sencillo evitará que el animal tenga infecciones e, incluso, olores no deseables. Por ejemplo, para llevar mejor la situación se pueden utilizar pañales especiales para perros y también abrigos protectores.
La importancia del descanso
Ante todo, debemos de tener en cuenta que el can debe descansar de la manera más cómoda posible. De esta forma, es totalmente recomendable utilizar una cama ortopédica para perros. Además de proporcionarles un mejor descanso, estas camas están diseñadas para evitar úlceras en la piel debido a la poca movilidad que tiene el animal en este tipo de casos.
A pesar de la gravedad de la situación, debemos saber que tener una parálisis no es a día de hoy un obstáculo para que los perros sigan moviéndose, ya que existen varias soluciones para que el animal pueda seguir corriendo, jugando y disfrutando de todo lo que tienen a su alrededor. Así, existen sillas de ruedas adaptadas a estos canes siempre que estos cuenten con movilidad en las patas delanteras. Al principio puede que no aceptemos la idea, pero después, cuando seamos testigos de que el perro se encuentra bien y que es capaz de adaptarse a la situación, nos daremos cuenta de que el truco simplemente está en buscar soluciones a los problemas.
Los perros son animales muy fuertes capaces de afrontar multitud de situaciones, incluso las más graves. Ahora, necesitan nuestro apoyo y que estemos a su lado en cada uno de los procesos.