Leishmaniosis: síntomas y tratamiento de esta enfermedad

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La leishmaniosis o leishmaniasis es una enfermedad que afecta a los perros y causa calvas, llagas en la piel, insuficiencia cardiaca, inflamación e hinchazón. Esta enfermedad es causada por un parásito protozoario que se encuentra en perros y algunos roedores. El parásito se transmite por la picadura de un mosquito infectado o por transfusiones de sangre.

¿Qué es la leishmaniosis en perros?

La leishmania canina es un término médico para la enfermedad que proviene de un flebótomo infectado con Leishmania infantum (L infantum). Las hembras de flebótomos transfieren los parásitos protozoarios al picar la piel del huésped.

Aunque la leishmaniosis prospera en climas cálidos y tropicales, es una preocupación tanto en los países la enfermedad es común como en los que no. Es frecuente en África, Asia, el sur de Europa, así como en América del Sur y Central. También suelen contraen la enfermedad en otros países como España, Portugal, Grecia y Brasil.

Incluso las exposiciones caninas pueden ser una fuente de enfermedades desconocidas. A medida que se unen más competidores de países extranjeros y se importan perros de raza reproductores hay que seguir más precauciones.

Transmisión de leishmaniosis en perros

La leishmania es una infección zoonótica que es contagiosa y puede ser fatal. Puede transmitirse a otros animales y humanos, pero los perros son los principales afectados, sin importar raza, género o edad.

tratamiento de la leishmaniosis

El parásito difásico completa su ciclo de vida en dos huéspedes:

  1. Moscas de arena que alberga la forma de promastigote extracelular flagelado.
  2. Mamífero donde se desarrolla la forma del parásito amastigote intracelular.

En ocasiones, puede darse la transmisión vertical congénita, en la que una madre infectada pasaría la enfermedad a su descendencia, pero es poco común. Otros contraen la leishmaniosis a través de transfusiones de sangre, así como por la transmisión de perro a perro.

Formas y síntomas de la leishmaniasis canina

Es importante tener en cuenta que la transmisión de la leishmaniosis en perros puede provenir de caninos sintomáticos y asintomáticos.

El período de incubación de la enfermedad puede variar de un mes a años. Es posible que algunos perros (asintomáticos) tengan el parásito durante largos períodos de tiempo antes de que aparezcan signos o síntomas clínicos. La enfermedad permanece inactiva hasta que otra enfermedad o el estrés la desencadenen.

Generalmente, el período de incubación en humanos es de alrededor de dos a seis meses. En los perros, puede tardar desde tres semanas hasta siete años.

Si tu mascota es un perro sano, es probable que no notes ningún síntoma a corto plazo. Pero una vez que se enferma, su sistema inmunológico puede fallar continuamente. Lo que sucederá es que el parásito se multiplicará y atacará a su huésped, lo que provocará leishmaniosis cutánea o visceral. Estos dos tipos afectan a las diferentes partes del cuerpo de un perro.

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La lesihmania cutánea (CL) es una infección de la piel, mientras que la visceral (LV), el tipo más grave, afecta a los órganos de la cavidad abdominal de un perro. La leishmaniasis visceral también se conoce como fiebre negra.

Leishmaniosis cutánea

  • Hiperqueratosis: descamación epidérmica excesiva con engrosamiento, pérdida del color de la piel y agrietamiento de las almohadillas de las patas y el hocico.
  • Alopecia: el pelaje se seca y se vuelve quebradizo con la caída del cabello, diarrea y / o vómitos.
  • Se desarrollan nódulos en la superficie de la piel.
  • Posibilidad de nódulos y úlceras intradérmicas.
  • Uñas inusualmente largas y quebradizas.

Leishmaniosis visceral

  • Pérdida del apetito que conduce a una pérdida de peso grave.
  • Diarrea y / o vómitos.
  • Hemorragia nasal.
  • Intolerancia al ejercicio.
  • Heces con sangre u oscuras, alquitranadas.

Aparte de los anteriores, existen otros síntomas relacionados con la leishmaniasis canina:

  • Linfadenopatía.
  • Adelgazamiento.
  • Neuralgia: trastorno doloroso de los nervios.
  • Dolor en las articulaciones e inflamación de los músculos.
  • Lesiones osteolíticas.
  • Fiebre con agrandamiento del bazo.
  • Inflamación de los huesos.
  • Insuficiencia renal con signos de micción excesiva, sed extrema y vómitos.

Una vez que notes algún signo e intuyas que tu perro es portador de leishmaniasis, llévalo al veterinario de inmediato para ver si existe la posibilidad de que se recupere.

¿Cómo diagnosticar la leishmaniosis en perros?

Lo primero que pediría un veterinario es el historial médico de tu perro, y eso incluye cualquier experiencia sobre los viajes que has hecho con tu mascota. Cualquier información que pudiera haber dado lugar a la condición actual de tu perro es importante.

También se realizará un examen físico y un análisis de sangre completo. Esto ayudará al veterinario a descartar evidencia de enfermedades como el cáncer o el lupus, entre otras con los mismos síntomas.

Aparte de estas pruebas y un análisis de orina, se harán biopsias y tomarán muestras de tejido de la piel, los ganglios linfáticos, el bazo y la médula ósea para cultivos de laboratorio y aspirados de líquido. Estos exámenes generales son eficaces para diagnosticar la leishmaniosis si hay órganos afectados.

diagnóstico de la lesihmaniosis

La leishmaniasis canina también se puede diagnosticar con una prueba llamada ELISA (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas), útil para medir los niveles de anticuerpos. Si es alto, entonces hay infección.

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Por último, pero no menos importante, está la reacción en cadena de la polimerasa, más conocida como prueba PCR. Es la forma más eficaz para que los especialistas diagnostiquen la leishmaniasis, ya que pueden ver directamente el ADN de tu perro y cualquier cambio que suceda dentro de él.

Una infección parasitaria que altere el ADN a través de sus células y tejidos permitirá a los veterinarios descubrir cuál es la enfermedad que tiene exactamente el animal.

Tratamiento: ¿se puede curar?

Sí, y existen diferentes formas de tratar la leishmaniasis canina en función de su gravedad. Si tu perro no está muy infectado, el veterinario recetará medicamentos para evitar que la enfermedad avance. Uno de los medicamentos más utilizados para tratar cualquier tipo de lesihmaniasis en perro es el estibogluconato de sodio.

Dado que se trata de una infección zoonótica, los parásitos de las lesiones pueden transferirse a los humanos. Esos organismos nunca se eliminarán por completo, por lo que la recaída y el tratamiento son inevitables.

Cómo cuidar a un perro con leishmaniosis

Debido al tratamiento, tendrás que dedicar tu tiempo y esfuerzo para controlar a tu perro mientras le administras los medicamentos.

El veterinario tendrá que seguir observando a tu mascota para identificar organismos en biopsias repetidas y comprobar si hay alguna mejora. Después de la terapia inicial, las recaídas vuelven a aparecer en pocos meses. Por lo que, lo más recomendable, es visitar al veterinario cada dos meses después de completar el tratamiento inicial.

Si a tu mascota se le diagnostica leishmaniasis, el pronóstico es muy reservado: algunos pueden salir adelante con el tratamiento adecuado, mientras que otros ni siquiera podrán someterse a ningún tratamiento.

Prevención y control de la leishmaniasis canina

Según los especialistas, no hay forma de evitar que tu mascota se infecte con leishmaniasis. Como siempre, es mejor prevenir que curar. En la medida de lo posible, no permitas que tu amigo peludo entre en contacto con un perro o con un lugar que parezca cuestionable. Si sospechas que otro animal podría estar enfermo, mantenlo alejado de él.

Aunque en España existen dos vacunas que funcionan para reducir el riesgo de contagio, en la medida de lo posible, debes evitar viajar a lugares de cualquier parte del mundo que tengan antecedentes de leishmaniasis.

Estos parásitos son más frecuentes durante la temporada de lluvias y el riesgo de transmisión es mayor desde el anochecer hasta el amanecer.

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