Son muchos los peligros a los que puede enfrentarse un perro cada vez que salimos a la calle con él. Plantas venenosas, comida envenenada desperdigada por la vía pública o insectos son algunos de los ejemplos con los que tenemos que tener mucho cuidado. Por este motivo, con el fin de que tomes precauciones, a lo largo de este artículo hablaremos de los peligros de la naturaleza para perros.
Peligros de la naturaleza para perros
Que un perro sufra un percance cuando paseamos con él no es lo propio, aún así, queremos prevenirte de los peligros de la naturaleza para perros. El fin es que puedas evitarlos o sepas reaccionar en el caso de que te enfrentes a alguno de ellos.
Oruga procesionaria
En las zonas de pinares, la procesionaria se ha convertido en un gran problema en España, sobre todo en estos últimos años en los que en invierno tenemos temperaturas más suaves. Este último hecho les permite resistir y continuar haciendo daño. En primavera y en verano se las puede ver cruzando en procesión los caminos rurales para ir de un nido a otro, por lo que es muy probable que nuestro perro las olisquee debido a la curiosidad que le despierta este insecto tan peculiar. Ahora, se trata de un gesto que puede ser letal para ellos.
Las púas de estas orugas son extremadamente irritantes y venenosas y, dependiendo del tamaño del perro y el alcance de la picada que le produzcan, puede morir en poco tiempo. En todo caso, la reacción suele ser muy dañina y conviene actuar con diligencia. Primero lavaremos con agua la zona afectada, mejor con suero fisiológico si nos es posible. Después tenemos que llevar a nuestro compañero al veterinario para que le recete los medicamentos oportunos.
Espigas

Las espigas de gramínea están diseñadas para que al caer al suelo penetren en él como un sacacorchos hasta introducir la semilla. Puede pasar que el perro pise una y en lugar de en la tierra, sea en las almohadillas de la pata donde ésta se introduzca. Este hecho puede provocar un gran dolor al animal. Si vemos que cojea, haremos una inspección de la planta y también otra rutinaria al terminar el paseo.
Espigas a los oídos
Ahora, si el animal empieza a mover la cabeza bruscamente mientras estamos en la calle o poco después de subir a casa, casi con toda seguridad nos encontraremos con una espiga dentro del oído. Hace falta actuar rápidamente y acudir al veterinario para que la extraiga. Cuanto más tiempo pase, más dolorido estará el animal y más profundamente estará alojada la espiga. Por ello, habrá más riesgo de que se desarrolle después una otitis e, incluso, una perforación del tímpano.
Espigas en las fosas nasales
Otro lugar donde pueden dar problemas las espigas es cuando entran por la nariz. El síntoma más común serán los estornudos. Si la espiga no sale puede progresar hacia la faringe. La exploración siempre se tiene que hacer bajo anestesia. Es necesario que el veterinario actúe. Si puede la extraerá con unas pinzas especiales, pero si ha avanzado mucho puede requerir intervención quirúrgica.
Espigas en los ojos
Cuando las espigas se introducen en los ojos, se quedan alojadas dentro del párpado o entre el globo ocular y el párpado. Notaremos que el animal tiene el ojo medio cerrado y muy inflamado. Una espiga en el ojo producirá un gran dolor en el animal si no se actúa con celeridad, ya que puede acabar ocasionando una úlcera en la córnea.
El flebotomo
El mosquito flebotomo, que transmite la peligrosa y grave leshmaniasis, tiene un hábitat cada vez más extendido a causa del cambio climático. Además de proteger al can con las pipetas y los collares, en las zonas más endémicas es importante limitar los paseos a partir de la caída del sol.
El calor
Otro de los peligros de la naturaleza para perros es el calor. En verano es uno de sus principales enemigos, especialmente entre las once de la mañana y las ocho de la tarde. Lo más recomendable es tener al animal siempre en zonas frescas y de sombra, cerca de una fuente de agua para que se hidrate.
Por supuesto, en épocas de calor tenemos totalmente prohibido dejar al perro dentro del coche, ni cinco minutos. En verano lo más adecuado es que solo salga a pasear por la mañana y al anochecer, con el fin de evitar cualquier percance.
Las garrapatas

Si a nuestro perro le encanta rebozarse en cualquier hierba que se encuentre por el campo, lo más probable es que salga lleno de garrapatas, con pipeta y collar incluido. La mayoría no se agarrarán por el efecto de los repelentes, pero si alguna lo hace, aunque sea temporalmente, puede transmitirle enfermedades. Lo mejor es que después de cada paseo le hagamos un repaso por todo el cuerpo.
Las pulgas
Se trata de un caso similar al de las garrapatas, aunque son menos persistentes y resisten peor a las pipetas y a los collares. De todos modos, debemos revisar a nuestro can de vez en cuando, sobre todo si vemos que se rasca y lame con frecuencia.
Una medida alternativa es cambiar collares y aplicar pipetas con más frecuencia de la recomendada en verano si salimos al bosque a menudo. Por ejemplo, una pipeta cada tres semanas y un collar cada tres meses. Así nos aseguramos que siempre están en su pico más alto de eficacia.
El mosquito de la filariosis
La filariosis es una enfermedad parasitaria causada por un gusano llamado Dirofilaria immitisque. Este se instala en el corazón y vasos pulmonares de los perros causando problemas que pueden ser muy graves. Para prevenirla, es importante el uso de los collares y de las pipetas, los cuales cambiaremos con más frecuencia de la habitual.
Avispas
Otro de los peligros de la naturaleza para perros son las avispas. Si el insecto pica a nuestro perro en el pelaje y este no tiene alergia, puede sufrir una ligera inflamación de la zona que le llevará a rascarse. Lo primero que debemos hacer es retirar el aguijón con mucho cuidado. Luego limpiaremos la zona con agua y jabón para que no se infecte. En caso de reacción alérgica las cosas pueden empeorar muy rápidamente y llegar a un choque anafiláctico que causaría la muerte del can. Hay que ir al veterinario sin perder tiempo.
Por otro lado, si la inflamación provocada por la picadura se produce en una zona de paso del aire (la boca, la garganta o la nariz) la hinchazón podría cerrar las vías respiratorias y el perro podría ahogarse. En caso de picadura de avispa o abeja por estas zonas, hay que ir al veterinario lo antes posible.