Tortuga mascota: ¿sí o no? Las tortugas o quelonios son reptiles que, a simple vista, parecen increíblemente fáciles de cuidar. Pero no creas que solo tendrás que cambiarles el agua y darles de comer, pues el cuidado de estos animales es bastante más complejo. Te adelantamos que no son una mascota ideal para los niños. No es para nada aconsejable obsequiarlas a tus hijos.
Tortuga mascota: mejor no tenerla
De alguna manera, las tortugas han logrado sobrevivir en el agua o sobre la faz de la Tierra desde el período Triásico ¡y sin haber cambiado demasiado! Son animales muy longevos a los que generalmente se les atribuye mucha sabiduría. Todos sabemos cómo son las tortugas físicamente: con un caparazón duro que protege sus órganos vitales; patas cortas y una cabeza que pueden enterrar cuando se sienten amenazadas.
Erróneamente, muchas personas piensan que tener una tortuga mascota es una opción acertada, pero ciertamente no es así. Y te decimos más: no son nada recomendables para los niños pequeños. Aunque puedan parecer muy fáciles de cuidar y creas que no implican gran responsabilidad para los menores, nada más lejos de la realidad.
Gran riesgo para la salud
No existen muchas razones por las cuales no deberías tener una tortuga mascota en casa. Sin embargo, sí que se tratan de motivos de peso para pensártelo dos veces antes de decidir traer uno de estos reptiles a tu hogar. Empezamos por decirte que las tortugas (y en general todos los reptiles), son portadoras naturales de múltiples bacterias intestinales. Para ellas no representan ningún riesgo, pero no así para los humanos.

En Estados Unidos se ha determinado que las tortugas están estrechamente vinculadas con la Salmonella; de hecho, muchos brotes de esta enfermedad se han producido por los reptiles domésticos y, además, en algunos lugares está prohibida la tenencia de estos reptiles en los hogares. Es un hecho comprobado por las autoridades norteamericanas que las tortugas domésticas pueden causar Salmonella, una enfermedad intestinal que, en líneas generales, no suele representar mayor peligro pues desaparece entre los cuatro y siete días después de su aparición.
El gran problema es que la Salmonella, como todas las enfermedades, puede presentar complicaciones y llevar a la hospitalización de los pacientes. Los más afectados son los niños pequeños, adultos mayores, personas con el sistema inmunitario débil o que se encuentren bajo algún tratamiento médico. Pero, si la tortuga está todo el tiempo en su estanque, ¿puede contagiar a los humanos? La respuesta es sí.
Te contamos que los microbios de la Salmonella no se ven a simple vista, que la tortuga puede parecer sana (que de hecho lo está, porque para ella la Salmonella es algo natural), pero estar contaminada, al igual que el terrario y accesorios del mismo. La enfermedad se contrae no solo por interactuar con la tortuga, sino por tocar todo lo que ella utilice y también porque contamina espacios de la casa si la dejas suelta.
El contagio no ocurre simplemente por tocar a la tortuga, sino por llevarse la mano a la boca después de haberlo hecho. Por eso es que son todo un riesgo para los más pequeños de la casa: ¿de verdad tus hijos se lavan las manos siempre que se lo pides? ¿Se lavan las manos a conciencia después de tocar a las tortugas? La respuesta es no. Es poco probable que lo hagan, como tú quizá tampoco lo haces porque «no pasará nada». Sí pasa. Por eso, tener una tortuga mascota es lo menos recomendable, al menos para los niños.
Una compañera para toda la vida
Las tortugas son muy longevas, especialmente las pequeñitas que puedes comprar en cualquier acuario. ¡Llegan a vivir hasta treinta años! ¿Estás completamente seguro de que quieres una tortuga durante tanto tiempo? Además, las tortugas de esta especie no se mantienen pequeñitas como las adquieres en el acuario, sino que crecen (y bastante).

Cuando las compras basta con un pequeño terrario, pero la realidad es diferente: cuanto más espacio tengan, más crecerán. Así, las tortugas pueden alcanzar hasta los 40 centímetros. En definitiva necesitas espacio para tenerla y ser consciente de que la tortuga mascota puede acompañarte buena parte de tu vida.
Cuidados especiales
A simple vista, parece que tener una tortuga es muy fácil. Cambiar el agua y darle de comer. Gran error. Las tortugas mascota necesitan mucho más. Para empezar, requieren de espacio adecuado, por lo menos una hora de sol al día, limpieza profunda del caparazón con un líquido especial, desinfección del agua, limpieza del terrario por lo menos, dos veces a la semana. También necesitan suplementos de calcio y, en algunos casos, productos especiales para los ojos. Además, por supuesto, de visitas periódicas al veterinario.
Una tortuga mascota no es para jugar
Si lo que quieres es una mascota con la que puedas jugar, de antemano te decimos que una tortuga no es la respuesta. A las tortugas ni siquiera les gusta que las cojan en manos ni las alcen para jugar con ellas, ni que las acaricien. A las tortugas les gusta que las dejen tranquilas haciendo sus cosas de tortugas.
Por otra parte, durante el período de hibernación, parecerá que ni siquiera tienes mascota en casa.