Uno de los bulos que más está circulando por las redes sociales es que los animales son una parte responsable del contagio del coronavirus COVID-19. Se trata de una información falsa que está perjudicando a muchos seres, puesto que, algunas personas que no se responsabilizan de sus mascotas deciden abandonarlas con el fin de «protegerse» de los síntomas y de sus consecuencias. En este artículo hablaremos sobre si es posible que tu perro te contagie el coronavirus COVID-19.
¿Es posible que tu perro te contagie el coronavirus COVID-19?
Son muchas las llamadas que están recibiendo los veterinarios en las que tienen que atender consultas de propietarios de animales preocupados por el coronavirus. Según estos expertos, y en la misma línea expresada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con los datos científicos de que se dispone actualmente no hay ninguna evidencia de que los animales domésticos puedan desarrollar la enfermedad. Ni siquiera se ha demostrado que puedan infectarse con el virus. Es cierto que los perros y los gatos pueden sufrir enfermedades producidas por otros tipos de coronavirus. Ahora, cabe destacar que estos no afectan al ser humano.
Los especialistas en sanidad animal han explicado también que el coronavirus felino y el que afecta a los perros son genéticamente diferentes al coronavirus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19. Esto se debe a que los primeros pertenecen al grupo de los alfa-coronavirus, mientras que este último es un beta-coronavirus. En definitiva, son virus completamente diferentes a nivel genético.
Ponerle mascarilla a un perro
Las personas infectadas pueden seguir manteniendo a sus animales de compañía en casa siempre con unas medidas precaución. Estas pasan por mantener distancia con el animal y utilizar mascarilla, aunque está totalmente contraindicado poner una mascarilla al animal.
En caso de que el animal tenga que ir al veterinario, debe ir acompañado de otra persona. Además, hay que avisar previamente al veterinario para que tome las medidas correspondientes.
No acudir al veterinario enfermo

Si debido a los efectos de la enfermedad el afectado por la COVID-19 no se puede ocupar directamente de su mascota, la persona que se haga cargo de la misma debe procurar no utilizar los mismos utensilios que hayan podido estar en contacto con la persona infectada. Estos pueden ser platos de comida y bebida del perro, correas y collares.
Los veterinarios han rogado que los clientes que presenten síntomas respiratorios o fiebre y que tengan animales que necesiten ser atendidos urgentemente se abstengan de llevar ellos mismos el animal al centro veterinario. Asimismo, recomiendan que contacten telefónicamente con la consulta para encontrar el momento más adecuado para hacer la visita con la máxima seguridad.
Qué hacer si estás enfermo
Si tú estás enfermo, es aconsejable que no tengas contacto con animales con el fin de asegurar su bienestar. Siempre que sea posible, haz que otro miembro de tu familia cuide de tus mascotas mientras te recuperas. Entre lo que se debe evitar con los animales si te encuentras en estado de infección es acariciarlos, acurrucarlos, besarlos o lamerlos, además de compartir alimentos con ellos. En el caso de no ser posible que otra persona se encargue del animal cuando está enfermo, lávate las manos antes y después de interactuar con los animales y usa una mascarilla.
Abandono de mascotas
Uno de los hechos más insensibles que está teniendo lugar debido a la propagación del coronavirus es el abandono masivo de mascotas. Esto, a su vez, está saturando las protectoras de los distintos países. Todo lo anterior provoca un maltrato hacia los animales injustificable y que todos debemos frenar. De este modo, si tienes mascotas nunca te deshagas de ellas y trátalas como a un miembro más de la familia. Asimismo, si conoces a alguien que tenga este tipo de intenciones intenta hacerle ver que no corre ningún riesgo de contagio. Otro de los métodos para hacer frente a esta situación es hacerse voluntario de una protectora con el fin de hacer frente a aquellos casos de abandono que no se pueden evitar.