El cáncer es una enfermedad que también afecta a los perros. Y tal y como nos pasaría a nosotros, las personas, si este no se detecta a tiempo y no se sigue un tratamiento puede ser mortal. A menudo se dice que hay razas que tienen más probabilidades de sufrir un cáncer, pero en realidad cualquiera puede padecerlo. A continuación te decimos los tipos de cáncer en perros más habituales y cómo es su tratamiento, así como también los síntomas que pueden ayudarte a ver que algo no va bien y actuar cuanto antes.
Los tipos de cáncer en perros más habituales
Un perro es un miembro más de la familia, por lo que es normal velar por su salud al máximo. Con el fin de que puedas protegerlo, te enumeramos los tipos de cáncer en perros más habituales y sus síntomas.
1. Cáncer de mama
Los perros también pueden desarrollar cáncer en las mamas independientemente del sexo, aunque sí que hay una mayor incidencia en hembras no esterilizadas. De hecho, hay estadísticas que afirman que una hembra no esterilizada según pasan los años tiene más riesgo de desarrollar un cáncer de mama. No obstante, esto no significa que todas las perras no esterilizadas vayan a padecerlo.
La señal más evidente es la aparición de un bulto en la mama, aunque alrededor del 45% de estos suelen ser benignos. Para detectarlo es necesario hacer palpaciones exhaustivas de todas las mamas, también es importante explorar en busca de protuberancias, heridas, secreciones o úlceras. Otros síntomas pueden ser falta de apetito, decaimiento y trastornos respiratorios.
En cualquiera de los casos hay que acudir cuando antes a un veterinario para que le haga las pruebas necesarias y determine si es un tumor benigno o cancerígeno. En caso de ser este segundo es sumamente importante actuar rápidamente, antes de que se produzca una metástasis.

2. Cáncer de piel
Los perros también pueden sufrir cáncer de piel, aunque en este caso el riesgo de padecerlo suele ser más común en unas razas. Se ha detectado sobre todo en perros de hocico chato o en braquicéfalos, como el Boston terrier, el carlino o el bulldog inglés. También en labradores, en los golden retriever, en los cocker spaniel, en los schnauzer, en el Staffordshire terrier, en beagles, en los bracos de Weimar y en los shar-pei. No obstante, al final cualquier raza podría padecerlo.
La buena noticia es que este tipo de cáncer puede prevenirse limitando las horas de exposición al sol, especialmente en verano y en horas de máxima temperatura. Además, también hay protectores solares para perros que podrían proteger al can de la misma manera que esta crema protege a una persona.
Es sumamente importante detectar este cáncer a tiempo para que sea curable. Basta con observar su piel y aprovechar las caricias para detectar cualquier anomalía. Al parecer este es el cáncer más fácilmente detectable y es el que mejor se puede tratar.
3. Cáncer de huesos
Otro cáncer muy común en perros es el de huesos. Esté cáncer es un tipo de tumoración maligna que, aunque puede aparecer en cualquier tejido óseo, se detecta, sobre todo, en el radio, en el húmero y en el fémur. También es más común en perros de raza grande o muy grande.
Los síntomas más comunes del cáncer de huesos en perros son la inflamación, dolor, cojera, hemorragia nasal, signos neurológicos y exoftalmia, que se traduce en glóbulos oculares ligeramente hacia afuera. No tienen que manifestarse todos los síntomas, a veces es uno y otras varios de ellos. En todo caso, nuestro consejo es que ante cualquiera de estos síntomas, si no hay mejoría, se acuda al veterinario para que haga las pruebas que crea convenientes.

4. Linfoma
El linfoma es un tipo de cáncer que suele afectar a perros adultos de entre 5 y 11 años de edad, también se comenta que hay predisposición racial y que el pastor alemán, el golden retriever, el San Bernardo, el bóxer y el basset hound tienen más probabilidades de padecerlo. Aunque también hay estudios que han demostrado que hay factores ambientales que podrían aumentar el riesgo de padecerlo, como el contacto con herbicidas, productos químicos o humo de tabaco; así como algunos virus o fármacos.
Este tipo de cáncer, aunque hay varios tipos, suele afectar a los tejidos que se encargan de la producción de células sanguíneas. Hay cuatro tipos según el lugar en el que se desarrolla o los síntomas, el multicéntrico, el mediastínico, el alimentario o gastrointestinal y el extranodal.
Si el perro presenta tos, fiebre, anorexia, apatía, intolerancia al ejercicio, disnea, problemas gastrointestinales o cualquier alteración en su piel o en los ojos, lo más aconsejable es acudir al veterinario si estos no desaparecen.
5. Cáncer en la cavidad oral
Se han detectado muchos casos en los que perros desarrollan un tumor cancerígeno en la cavidad local, convirtiéndose así en uno de los cánceres más habituales entre los canes. Además, como dato curioso, este tipo de tumores son más frecuentes en perros que en gatos, también se ha detectado una mayor incidencia en razas como el cocker spaniel, el caniche, el golden retriever, el bóxer y el pastor alemán.
Los síntomas más frecuentes son dificultad para comer, dificultad para masticar, hemorragias, ptialismo, halitosis, desplazamiento o pérdida de piezas dentales, hinchazón en la cara y mucha sed. En algunos casos el perro puede sentir dolor al abrir la boca, lo cual puede ser una señal bastante alarmante, especialmente si tiene algún otro síntoma de los que hemos enumerado.
El tumor que se desarrolla en la cavidad oral puede ser de muchos tipos, pero un rápido diagnóstico puede ser clave para tratarlo y conseguir la cura.
6. Cáncer de útero
Una hembra puede tener, a lo largo de su vida, muchos problemas en el útero, especialmente si no está esterilizada y no ha criado ninguna vez. Pero, sin duda, uno de los más graves es el cáncer de útero. Entre los principales síntomas destacamos la infertilidad, sangrado entre celos, flujo vaginal anormal e infecciones frecuentes. Así que para tratarlo cuanto antes, es importante que ante cualquier anomalía se consulte con un veterinario.

Tratamientos
Cuando un perro tiene cáncer lo más importante es detectarlo a tiempo para iniciar cuanto antes el tratamiento. La cirugía es lo más importante, ya que sirve para eliminar el tumor y evitar así que este siga actuando y se produzca una metástasis. En el caso de que el can sufra cáncer de huesos, en casos extremos puede que sea necesario amputar una de las extremidades. El segundo paso es la quimioterapia, un tratamiento bastante duro que afectará al organismo de todo el animal, tal y como sucede con las personas. También en algunos casos puede ser necesario aplicar radioterapia.
En caso de que el cáncer se haya extendido y no pueda operarse, hay medicamentos paliativos para controlar el dolor y alargar, de la mejor manera posible, la vida de nuestro fiel amigo.
Con este artículo sobre los tipos de cáncer en perros más habituales no queremos alarmar a nadie, solo concienciar a las personas de lo importante que es observar a nuestras mascotas y actuar rápido ante cualquier cambio, por pequeño e insignificante que parezca, ya que actuar rápido puede cambiar totalmente el resultado. Al fin y al cabo ellos no pueden decirnos qué les pasa, pero a veces por su manera de actuar ya dicen mucho.