La principal razón por la que muchas personas tienen miedo a las serpientes no es por su extraña apariencia. Aquellos que temen a este animal lo hacen por el peligro que suponen muchas especies para el ser humano al ser venenosas. No todas lo son, y aunque lo sean, tan siquiera tienen que entrar en contacto con el ser humano teniendo en cuenta su hábitat. Ahora, a lo largo de este artículo vamos a hablar de las serpientes más venenosas del mundo y con las que tendrías que tener cuidado en el caso de encontrártelas.
Las serpientes más venenosas del mundo
Lo que más teme el ser humano de una serpiente es si tiene o no veneno y el peligro que pueden llegar a suponer. De este modo, a continuación vamos a describir las serpientes más venenosas del mundo.
Serpiente de cascabel
La serpiente de cascabel es una de las más venenosas que existen, además, se trata de una de las más populares. Viven a lo largo de todo el continente americano. Hay un total de 32 especies conocidas, que, a su vez, se dividen en numerosas subespecies con muchas variaciones de color. Todas ellas tienen en común una cabeza distintivamente triangular y sonajeros articulados en su cola.

Las serpientes de cascabel son víboras. Estas se caracterizan por tener dos hoyos bajo sus fosas nasales para detectar el calor, lo que les permite cazar presas de sangre caliente. Los hoyos son tan sensibles que la serpiente puede determinar el tamaño del animal e, incluso, detectar a sus presas en completa oscuridad.
Víbora de la muerte
Se trata de una de las serpientes más mortíferas del mundo y vive principalmente en la costa este de Australia y en Nueva Guinea. El tipo de veneno que tiene es muy tóxico y contiene una neurotoxina postsináptica que causa debilidad muscular y parálisis en sus víctimas.

La víbora de la muerte caza de una manera muy singular. En lugar del acecho agresivo de otras serpientes, esta serpiente se camufla y, en secreto, acecha a su presa para abordarla. Puede tardar en hacerlo horas o incluso días. Asimismo, hace bailar su cola alrededor de su cabeza escondida con la esperanza de captar el interés de las criaturas cercanas.
Víbora gariba
Otra de las serpientes más venenosas del mundo es la víbora gariba. Se encuentran en las regiones secas de África, Oriente Medio, Pakistán, India y Sri Lanka. Es muy agresiva y ataca vigorosamente. Asimismo, se alimenta de roedores, lagartos, ranas, y una variedad de artrópodos como los escorpiones, ciempiés y grandes insectos.
Las mordeduras de las especies Echis probablemente provoquen más muertes que cualquier otra serpiente.

Cobra filipina
La cobra filipina, del norte de este país, tiene el veneno más potente de todas las especies del género Naja. Estas serpientes se alimentan de ratones, ranas y pequeños mamíferos.
El veneno afecta a las funciones cardíaca y respiratoria, pudiendo provocar la muerte en 30 minutos. La mordedura causa daño sólo en una pequeña parte del tejido. Por otro lado, este animal es capaz de escupir su veneno hasta llegar a tres metros de distancia.

Serpiente tigre
Originaria de Australia Occidental, la serpiente tigre puede ocupar también gran parte del territorio de la Australia Meridional, Tasmania y Nueva Gales del Sur, siendo sus espacios preferidos aquellas zonas cerca de las costas. Su gran tamaño y su veneno tóxico las hace extremadamente peligrosas para los seres humanos.
Aunque generalmente prefieren escapar de los conflictos, cuando son acorraladas ejecutan una impresionante exhibición de amenaza. Lo que hacen es erguir su cuerpo en una curva tensa, con la cabeza ligeramente levantada y apuntan directamente al sujeto que provoca esta reacción. Asimismo, pueden silbar en voz alta mientras inflan y desinflan su cuerpo, y si se les provoca aún más, atacan y muerden con fuerza.

Mamba negra
La mamba negra es una criatura veloz, inquieta y letalmente venenosa que, cuando se siente amenazada, puede resultar muy agresiva. Se le ha achacado la pérdida de numerosas vidas humanas y los mitos africanos exageran sus poderes hasta proporciones de leyenda. Por todo ello, la mamba negra se considera sin discusión la serpiente más letal del planeta.
Su nombre no se debe al color de su piel, que suele ser verde oliva o gris, sino al negro azulado del interior de su boca, que abren cuando se sienten amenazadas. Esta especie vive en las sabanas y las colinas rocosas del sur y el este de África.

Taipán de la costa
Estas especies nativas de Oceanía son consideradas una de las serpientes más venenosas del mundo. Son capaces de acabar con la vida de un ser humano en cuestión de minutos. No son cazadoras de personas, pero sí se debe tener una especial precaución con ellas. Se distribuyen por el sur, norte y este de Australia, así como por la isla de Papúa Nueva Guinea, abarcando la península del Cabo York y Queensland.
Son capaces de modificar el color de su piel conforme a los cambios de estación. Son más oscuras durante las épocas invernales, mientras que en el verano lucen con colores más claros. Esto ocurre porque ante bajas temperaturas absorben más luz, lo que les da esa apariencia oscura.
